Por Judith Vega
Mérida Digital
Este domingo, los reclusos que se encuentran en el Retén de Lagunillas, municipio Sucre del estado Mérida, decidieron iniciar una huelga de sangre ante la crítica situación que enfrentan desde hace varias semanas.
Se conoció que en el retén existen dos “celdas”, de 4 por 4, lugares en los que conviven unas 35 personas, a quienes se les niega la salida al patio y hay días en los que no pueden bañarse.
En las celdas, igualmente, los presos hacen sus necesidades fisiológicas y consumen sus alimentos, aunque el hacinamiento es lo que prevalece en el retén de Lagunillas, aunado a enfermedades como amibiasis y escabiosis (sarna), entre otras y las continuas golpizas que reciben los internos cuando piden que los saquen al patio.
Los presos están cansados del trato inhumano y cruel que reciben por parte de las autoridades policiales del Centro de Coordinación Policial No. 4 de Lagunillas, quienes también les quieren quitar la cocina y tienen suspendidas las visitas desde el martes de la semana pasada.
Algunos presos registran distintas enfermedades que ameritan un estricto control médico, sin embargo y a pesar de los estados críticos patológicos que presentan, no son llevados a los centros asistenciales entre ellos el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula).
Hasta el momento, varios reclusos se han roto las piernas, con la finalidad de llamar la atención de las autoridades y lograr una solución a la crítica y penosa situación en la que se encuentran.
Apelan a los buenos oficios del Defensor del Pueblo, como garante de los Derechos Humanos, los jueces de Ejecución puesto que en el retén existen personas procesadas y sentenciadas y el Juez Rector de la Circunscripción Judicial Penal del estado para que se aboquen a conocer esta situación y contribuyan a la solución de la misma.
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