Los familiares hacen colectas para sepultar a sus presos muertos en Zulia

Equipo de investigación UVL

Los presos muertos que no tienen dinero ni familiares que se ocupen de los gastos funerarios terminan en una fosa común en alguno de los cementerios municipales del estado Zulia. Un número oficial de cuántos tuvieron ese final no existe, las autoridades – Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas CICPC, Secretaría de Seguridad y Orden Público, Fiscalía y los trabajadores de las morgues forenses- no están autorizados por el Ministerio de Interior Justicia y Paz ni el Ministerio de Asuntos Penitenciarios para divulgar esos datos. Otros dolientes recurren a las colectas entre parientes, en autobuses o iglesias para costear los millonarios gastos fúnebres y a los departamentos de ayudas sociales de las alcaldías para garantizar una fosa o un nicho en algún camposanto.

Veinticuatro horas tardó en trámites judiciales la familia de Júnior José Paz Gutiérrez para poder llevar su cadáver a su residencia en Dabajuro, estado Falcón, para su funeral y posterior sepultura. Al muchacho lo detuvieron junto a un vecino en Maracaibo tras arrebatarle el celular a un transeúnte. Por la carencia de cárcel y retén en la ciudad, el tribunal ordenó como sitio de reclusión el Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas de Cabimas. Faltaban 15 días para concretar su libertad bajo una medida cautelar cuando los cuerpos de seguridad lo liquidaron, el 23 de octubre de 2017, en una presunta resistencia a la autoridad luego de evadirse del penal junto a otros 13 reclusos.

Los Paz se enteraron de su deceso por los medios de comunicación y lo confirmaron a través de una llamada telefónica de los funcionarios de la Policía científica. Con la colaboración de un abogado acudieron a la morgue del Hospital General de Cabimas Dr. Adolfo D’Empire para corroborar la identidad del occiso. De ahí acudieron a la sede de Subdelegación de Cabimas del CICPC. Tras el interrogatorio, la familia volvió a la morgue. Allí permaneció hasta contratar un servicio funerario. Consultaron precios locales y les resultó más económico cancelarle 22 millones de bolívares, para aquel entonces, a una funeraria de Falcón. “No había dinero, pero igual se firmó el contrato y se empezó a juntar el dinero”.

La familia de Júnior asistía a una iglesia evangélica en Dabajuro y con ayuda de los fieles y sus vecinos lograron juntar en horas el dinero. Esperaron el permiso de traslado y el certificado de defunción y se marcharon hacia la tierra natal del recluso. Mientras se concretaba el pago, otros se dedicaban a conseguir una fosa en el cementerio local a través la alcaldía. “No se estaba preparado para una muerte tan repentina”, acotó un allegado.

En 10 meses, los precios de los servicios funerarios se elevaron un mil por ciento. El  más económico se ubicó, hasta la primera semana de agosto de 2018, en 350 millones de bolívares. Ese monto no incluye el traslado a otros municipios de Zulia o estados, acotó Germán Carillo, empleado  de una funeraria. “Si hay aumentos, se incrementa el precio. No hay nada fijo. No hay rebajas ni regateos. Todo está muy caro”.

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