Angélica Lugo, UVL / Gran Caracas
Madres, esposas y abogados de los presos que están detenidos en la sede de la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM), ubicada en Boleíta, estado Miranda, hicieron pública esta semana las irregularidades que se presentan en ese centro de detención con algunos de los presos políticos, tanto civiles como militares.
Los testimonios y denuncias revelaron que las autoridades se han negado a darle asistencia técnica a los privados de libertad y se conoció que algunos de los detenidos tienen hepatitis y tuberculosis.
“Las esposas se las apretaron tanto que le sacaron llagas, le pegaron con palos y lo tuvieron en un cuarto oscuro 33 días donde le tiraban la comida al suelo y hacía sus necesidades allí y no se las retiraban. Es un calvario todo esto. Los torturan a ellos y nos torturan a nosotros también. Estamos encomendándonos a Dios que no les pase nada, pues no tienen conciencia ni piedad con ellos”, manifestó una de las mujeres que le declaró a la prensa en miércoles 3 de julio.
Lili Barboza, pariente de uno de los militares detenidos en la DGCIM, hizo un llamado: “Señores de la ONU, si no tienen la voluntad de entrar a la DGCIM a constatar el estado de los militares presos políticos, entonces agarren sus maletas y váyanse del país”.
Los presos también piden que les entreguen boletas de excarcelación a quienes las tienen y se concreten los traslados a la cárcel de Ramo Verde. Además solicitan que, quienes lo ameriten atención médica sean trasladados, como la pareja del exministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torrez, quien presuntamente tiene hepatitis C y pone en riesgo al resto de los detenidos, reseñó el portal de noticias Crónica.Uno.
El sábado 29 de junio se confirmó el asesinato en esa sede del DGCIM del Capitán de Corbeta, Rafael Acosta Arévalo, quien fue detenido el 26 de junio.
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