Táchira | Especial: “El Comegente del Táchira” Dorángel Vargas tiene 25 años en prisión pese a no haber sido condenado

Foto: Referencial - Cortesía

El 13 de febrero de 1999 detuvieron a José Dorángel Vargas Gómez. Tenía 42 años y fue acusado de asesinar, descuartizar y consumir carne humana. Parte de la prensa lo renombró como Doráncel y la colectividad como “el comegente”. 

Han transcurrido 25 años de su detención, pese a que nunca fue sentenciado. A Dorángel también le dicen “caníbal”. Su nombre ocupó la atención del mundo cuando en la víspera del nuevo siglo se descubrió a un presunto antropófago en el estado Táchira. 

De él surgieron muchas historias que ocuparon centimetraje en periódicos y programas especiales en la televisión. Sin embargo, por su estado de salud mental no fue acusado de nada y el hombre permanece recluido en una celda de la Policía del estado Táchira. 

Sobre esto, Alberto Berro, exdirector de la Policía del Táchira, explica algunas características de este caso: “Si Dorángel hubiese sido objeto de una sentencia penal como consecuencia de habérsele considerado imputable y por ende, responsable y culpable, ya él hubiera salido hace tiempo con pena cumplida. Pero, ahí está recluido con su condición de inimputable y responsable penalmente. Lo mantienen con una supuesta medida de seguridad entre comillas y cumpliendo esta pena, si se quiere, disfrazada o matizada de medidas de seguridad pero que es una pena. Es una sentencia condenatoria de nunca acabar porque no se sabe de su destino final”.

Berro es abogado y en su haber tuvo dos episodios importantes en ese caso. “Lo conozco en virtud no simplemente como director de una institución policial (Policía del Táchira) donde él estaba recluido, sino incluso fui juez en el tribunal de ejecución. Recuerdo que lo tuve a mi disposición y se le había solicitado en ese entonces la posibilidad de una reclusión en un sanatorio mental. Se procuró que fuese Bárbula en el estado Carabobo. Se hizo el peritaje psiquiátrico donde se ameritaba y se ordenaba que era imperiosamente necesario que a él se le diera su tratamiento para procurar su sanidad mental. Se acordó de igual manera su traslado y cuando se hizo presente en esta institución, lo rechazaron”. 

A Dorángel lo objetaron porque en ese centro de salud psiquiátrico no había condiciones de hospitalidad para él por su grave estado mental, dado que no había garantía de que él pudiera estar en ese lugar y que ponía en riesgo a los demás que enfermos. Por eso, fue retornado a Politáchira. Esto sucedió en el año 2002, según explicó la fuente consultada. 

El denominado “comegente” tiene 308 meses en prisión sin juicio ni condena. “Si se quiere un indicador, un termómetro, Dorángel Vargas representa la violencia más cruenta en materia de derechos humanos”.

 

Dorángel Vargas en prisión 

A lo largo de estos años, el nombre de Dorángel ha salido a relucir en varias ocasiones. En un motín registrado en el 2016, familiares de detenidos en Politáchira aseguraron que el hombre se había comido a dos detenidos que nunca aparecieron luego de ese evento. Esto fue desmentido no solo por autoridades, sino por diversas fuentes que fueron consultadas quienes aseguraron que Dorángel siempre estuvo recluido durante el incidente. 

Mientras el abogado José Alberto Berro fue director de esa institución, Vargas se encargaba de llevar la correspondencia a los detenidos. Dijo que le daban el tratamiento médico respectivo y que su conducta fue tranquila y de actitud colaboradora. 

En el año 2017, las periodistas Omaira Labrador y Lorena Arráiz entrevistaron a Dorángel Vargas. En ese entonces, Amador Torres, quien dirigía el centro de detención preventivo, contó a las comunicadoras que el hombre contribuía con la limpieza del lugar y era respetuoso con las personas. También informó que recibía tratamiento médico.

Ninguno de los dos exdirectores de la policía manifestó haber visto a Vargas con actitudes violentas o amenazantes y tampoco hacer referencia a querer consumir carne humana. 

Actualmente, Dorángel tiene 67 años y 25 años en prisión. Se mantiene recibiendo el medicamento que le indicó un especialista y recibe visita de un familiar. Nunca hubo un incidente de violencia donde estuviese involucrado y en su mundo quiere salir de prisión “y conseguir un trabajo, comer espaguetis con carne y que lo dejen en paz”, según dijo a las periodistas en esa oportunidad.

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