Fénix en Lara: La cárcel moderna y sangrienta 

 Desde su inauguración en 2013, donde el Gobierno se jactaba de su innovadora seguridad, se han registrado 4 motines que han dejado 21 personas fallecidas

“Hoy estamos aquí transformando su realidad. En la cuarta República existían cárceles, gracias al comandante Hugo Chávez ese término se eliminó y hoy en día son Centros de Rehabilitación, nuevos Centros de renovación espiritual para que nazca la mujer y el hombre nuevo, aquellos que se arrepienten de corazón y se direccionan a estudiar y trabajar”. La frase retumbó en muchos sitios del estado Lara aquel octubre de 2013 cuando el otrora Vicepresidente Ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela Jorge Arreaza junto a la Ministra para el Servicio Penitenciario Iris Varela inauguraban la Comunidad Penitenciara Fénix; ocho meses después de la masacre en la cárcel de Uribana que queda a metros del nuevo recinto penal.

En aquella oportunidad Arreaza y Varela destacaban las modernas instalaciones de Fénix. Sus nuevas tecnológicas en materia de seguridad que “afianzarán la seguridad a la hora de ingresar. Estamos capacitados con tecnología de alta calidad. Existen varios escaner que permitirán realizar una requisa a fondo, nadie podrá entrar con artículos ilegales como armas o drogas”, señaló el que ahora, en 2018, funge como canciller de la república.

Lo dicho por Arreaza fue reforzado por Varela quien explicó que con Fénix se había “enterrado el modelo penitenciario de la cuarta República donde teníamos cárceles en las que imperaban las mafias, la violencia, y donde los privados de libertad no tenían oportunidades y donde  los nuevos Centros creados por la Revolución se implementa un nuevo régimen penitenciario destinado a mejorar la calidad de vida y el desarrollo integral de los privados”.

Han transcurrido cinco años de esas citas textuales y, que al margen de la implementación de esos nuevos aires y sus efectos, todavía la violencia impera dentro de los inmensos paredones de Fénix y que en, al menos, 4 oportunidades han aflorado la herida no curada de aquella masacre ocurrida a menos de un kilómetro de distancia y que pasó a ser una de las más sangrientas historias carcelarias de Venezuela.

Según registros de medios de comunicación de Lara y datos de Una Ventana a La Libertad (UVL) desde que se inauguró Fénix en octubre de 2013 hasta mayo de 2018 en la Comunidad Penitenciaria Fénix se han registrado cuatro motines en las que han fallecido 21 personas. En detalle, serían 18 reos y 3 custodios del ministerio los que han perdido la vida de manera violenta dentro del penal a causa de reyertas violentas causadas por la negación de las autoridades en otorgar traslados, maltratos y fallas en alimentación y servicios.

Fénix tiene 10 torres divididas en Máxima, Mínima, Media Mínima, Socioproductivo, La Torre (desde donde vigilarán los Guardias Nacionales), Observación, Anexo, Aislamiento o Castigo, Destacamento y Mujeres y Madres. Cada torre tiene cuatro pisos. En el primero están situados los comedores; en el segundo las plantas eléctricas y los demás donde reposan los calabozos. Sin embargo, Destacamento, donde estarán los funcionarios que se encuentran privados de libertad, tiene tres plantas. Las dos últimas para los reos. Para 2013, la capacidad de Fénix era de 2 mil 200 privados de libertad y UVL logró saber que en la actualidad hay 2 mil 750 reos.

El primero conflicto que se registró en Fénix ocurrió el 15 de marzo de 2016 y hubo 4 privados de libertad y un custodio asesinado. Según registro de esa época el conflicto inició a las las 10 de la mañana y terminó a las 6 de la tarde y se originaría por la falta de alimentos que padecían los reos del área de Observación. El motín inició cuando los internos intentaron tomar como rehén al director del penal en esa oportunidad, Wilson Vergel, como parte de su protesta cuando éste realizaba un recorrido por las instalaciones.

Los internos fallecidos fueron identificados como: Jackson Jesús Márquez, Gilber Ochoa, estos dos ingresaron por el Hospital Central de Barquisimeto y se llamaban Johan Alberto Morán y Santiago Ramón Parada Díaz. Ruy Medina, director de Salud del estado Lara para esa fecha, certificó que al Hospital Central fueron ingresados 12 privados de libertad heridos de bala.

Desde el segundo semestre de 2017 hasta la fecha se incrementaron los conflictos sangrientos, es decir, que en menos de un año han habido en Fénix 16 fallecidos.

El 17 de julio de 2017 nuevamente fue en observación que inició el conflicto que dejó cuatro fallecidos entre ellos dos privados de libertad totalmente quemados y dos reos más asesinados por armas de fuego. Los carbonizados resultaron ser Luis Suárez, de 26 años y José Gregorio Zabaleta, de 28 años.

Según comentó la mamá de un reo, fueron los custodios quienes, supuestamente, los quemaron. Una fuente consultada por los medios de comunicación locales comentó que a Luis y a José Gregorio les rociaron un líquido combustible que se presume sea gasolina y luego los incendiaron. Los cuerpos no presentaban heridas por arma de fuego ni tampoco golpes.

La causa del motín se generó la noche anterior del conflicto al parecer por protesta ante los castigos no justificados a dos presos. Pero esta vez con una diferencia,  los reos no permitieron más maltratos y comenzaron una disputa donde lograron atrapar a un custodio.

Así que el resto de los custodios sacaron sus armas y comenzaron a disparar para retomar el orden en Fénix apoyados, al parecer, por Guardias Nacionales, quienes dispararon perdigonazos por lo que hubo un total

La otra situación tensa que vivieron los privados de libertad en Fénix fue en diciembre de 2017. El conflicto duró 5 días pues los reos que se alzaron pidieron traslados mantuvieron secuestrada a la directora del penal Karla Sarah. Allí falleció a causa de 68 puñaladas en su humanidad Franklin Paúl Hernández Quezada alias “Franklin Masacre”, antiguo pran de la Penitenciaría General de Venezuela en el estado Guárico.

El motín inició aproximadamente a las 3:00 de la tarde. Las exigencias de los presos de la Torre de Aislamiento, señalados de liderar el motín de Fénix, fueron complacidos por el Estado. Las únicas peticiones de los reos eran el traslado para penales abiertos y el cese de los maltratos para sus compañeros.

UVL conoció en esas fechas que los mismos presos tendrían una lista de 250 privados de libertad que suministraron a las autoridades, éstos serían los que van a ser trasladados para los penales que no tienen régimen penitenciario, Tocorón, en el estado Aragua, y el Penal de Tocuyito, en el estado Carabobo.

Se conoció que la Directora estuvo con ellos en el área de Media, y ante el temor de que le ocurriera algo, ninguna autoridad del Ministerio de Asuntos Penitenciarios había ingresado al penal. Finalizado el conflicto a ella no la tocaron, no sufrió maltratos físicos, pero sí la amenazaron con acabar con su vida si no se daban los traslados.

La reyerta que completa el número de víctimas lamentables ocurrió el jueves 17 de mayo de 2018. Lo que sería una supuesta jornada de Plan Cayapa para los privados de libertad terminó en el conflicto más sangriento desde que inauguraron el penal en 2013. Dos Custodios del Ministerio de Servicios Peniteniarios y 9 presidiarios de esta cárcel ubicada al norte de Barquisimeto fueron ingresados a la morgue del hospital central Antonio Maria Pineda.

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