UVL Zulia
En cuestión de horas, los detenidos por manifestar el 23 de enero de 2019 contra el gobierno de Nicolás Maduro se contagiaron de escabiosis en el calabozo de Destacamento 111 de la Guardia Nacional Bolivariana, Primera Compañía, en el sector La Ciega de la avenida el Milagro de Maracaibo, en el estado Zulia, en el occidente venezolano. Además de que por la falta de atención médica oportuna se les infectaron las heridas provocadas durante su detención.
En una revisión física, los voluntarios de los Cascos Verdes de la Universidad del Zulia le diagnosticaron aun grupo de los manifestantes aprehendidos infecciones en la piel. El hacinamiento, el no tener acceso a agua potable y las pocas medidas de higiene que se ejecutan en el calabozo improvisado serían las principales causas del contagio de la enfermedad en pocos días.
A los aprehendidos los recluyeron en una habitación de 5X5 metros cuadrados con privados de libertad por delitos comunes. El espacio improvisado tiene capacidad para un máximo de 15 personas y la ocupan unas 50. Solo cuenta con una pequeña ventanilla con barrotes y los detenidos se turnan en la zona para respirar y refrescarse. “En una pipa les suministran un agua color tamarindo, esa la usan para el aseo personal y el consumo”, detalló un familiar.
Las condiciones de insalubridad afectan tanto a quienes ingresaron el 23 de enero de 2019 tras la protesta y a quienes habitan desde hace meses en ese espacio. “Es un caldo de cultivo para cualquier virus o infección. En cuestión de cinco días, todos los detenidos tenían los ojos rojos, erupciones en la piel, dolores en el cuerpo y con las heridas infectadas”.
A través de los abogados defensores se logró el ingreso de los Cascos Verdes. La atención fu exclusiva para los detenidos en las manifestaciones. Lo que originó el lunes 28 de enero de 2019 una huelga de hambre. El resto de los detenidos exigían que se les examinara a ellos también. Con la entonación del himno nacional empezó a las 5.00 de la mañana la protesta y se extendió hasta las 6.30 de la tarde cuando los voluntarios terminaron de examinar a toda la población. Durante esas horas los internos se negaron a recibir alimentos.
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