Zulia: A los manifestantes de Lagunillas los encerraron en una jaula de la GNB tras torturarlos en Impol

UVL Lara

La cacería de manifestantes en el municipio Lagunillas, estado Zulia, en el occidente de Venezuela, empezó a las 11.00 de la mañana del 23 de enero de 2019. Hubo 27 cinco detenidos y un número no determinados de heridos. El procedimiento estuvo a cargo de la Policía Municipal de Lagunillas (IMPOL) y los colectivos, comentaron algunos de las víctimas. Los abogados luchan todavía por la liberación de todos.

Uno de los heridos, de 34 años, decidió escaparse del Hospital Pedro García Clara tras el amedrentamiento psicológico de los gendarmes en la emergencia. “Te vamos a llevar preso y te vamos a procesar por terrorismo”. Recordó que a los funcionarios poco les importaban las lesiones de los pacientes, los esposaron en las camillas y les exigían a las enfermeras que se apuraran para llevarlos al comando, donde “los esperaban una comitiva. Allá estaba la bienvenida”.

Pese a sus cuatro perdigonazos en el glúteo derecho, dos a la altura del muslo, dos en la parte posterior a la rótula, dos en la columna vertebral, uno en la batata y uno en el antebrazo derecho, el herido escapó de la sala de urgencia y se salvó del trato que recibieron, desde las 11.00 de la mañana hasta las 5.00 de la tarde del 23 de enero de 2019, los 27 manifestantes, entre ellos dos adolescentes y dos mujeres, que quedaron en condición de detenidos.

La abogada Miglani González detalló que a 25 los detenidos, entra
ellas dos mujeres, los trasladaron al Destacamento 113 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), en Ciudad Ojeda. Los otros dos detenidos eran adolescentes y se comprobó que no estaban en la manifestación: Uno iba a clases de música y al otro lo sacaron de un supermercado a la fuerza.

Recuperaron su libertad ese mismo día. El resto de los aprehendidos quedaron a disposición del Ministerio Público por los delitos de agavillamiento, obstrucción de la vía pública, instigación al odio y resistencia a la libertad. Ordenaron su reclusión en el comando de la (GNB).

Los familiares aseguraron que no los obligaron a compartir celda con los delincuentes comunes. “Los encerraron en una jaula (un espacio cuadro de unos 5X5 metros cuadros, sin paredes y formado por puros barrotes)”. En ese espacio no cuentan con baños, ni duchas, espacio para comer ni para dormir. Las dos mujeres permanecen en el área del comedor.

“Con una sábana forraron una esquina para tener un poco de privacidad al hacer sus necesidades. Deben orinar o defecar en bolsas y estas permanecen en el espacio hasta que las retiran”, comentó un allegado. En la celda los detenidos deben estar uniformados, les permitieron que sus familiares les llevaran colchonetas, almohadas y chinchorros para el momento de dormir y el ingreso de comida lo establecieron a las 8.00 de la mañana el desayuno, 12.00 del mediodía el almuerzo y 6.00
de la tarde la cena.

“Los guardias no los han maltratado. Todos los golpes lo recibieron de Ilder Peralta, director de Impol, además de golpearlos mandaba a otros a hacerlo”, denunció un allegado.

González acotó que aún se trabaja en la liberación de todos. Los primeros en regresar bajo una medida cautelar a su casa fueron un epiléptico y un anciano de 70 años. El resto de los casos aún es busca de fiadores y en la lucha para librarlos de todos los cargos durante la fase de investigación.

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