La llegada oficial de la pandemia del Coronavirus a Venezuela, se topa con unas comisarías y estaciones policiales sobrepobladas de detenidos desnutridos y de precaria salud, que se convierten en presas fáciles para el COVID- 19. El 14 de marzo, un día después del anuncio de los primeros casos de contaminados en nuestro territorio, se suspende la visita de familiares en todos los Centros de Detención Preventiva (CDP), más no el suministro de alimentos e insumos personales para garantizar la alimentación e higiene de los presos.
Una Ventana a la Libertad, emitió un comunicado, tres días después, donde exhortó y demandó de las autoridades gubernamentales, de las autoridades carcelarias y sanitarias del país, la inmediata atención a la población de privados de libertad. El Ministerio de Servicios Penitenciarios oficializó la suspensión de visitas, para prevenir el ingreso de una persona contagiada con el virus que pudiera propagar la enfermedad; además del uso obligatorio de tapabocas y el estricto control de la entrada de paquetería, incluyendo los alimentos, que antes de entrar deberían recibir un protocolo de desinfección.
Desde el 17 de marzo de 2020, que Maduro declaró la cuarentena social y colectiva, los gobernadores de los estados instruyeron a los distintos cuerpos de seguridad, que persona que no usara el tapaboca como medida preventiva ante el virus o que circulara por las calles después de la hora estipulada sería detenido preventivamente y acudiría a una serie de charlas de orientación sobre la pandemia, o depende de lo que sucediera al momento de su aprehensión podría ser procesado judicialmente, lo cual sumaría al 205% de hacinamiento presente en los CDP.
Una Ventana a la Libertad, ha observado mermar el arribo de los familiares a los CDP. Quienes proveían de alimentos, medicinas y jabón para el aseo de la celda y de los presos permanecen en cuarentena social en sus casas o están imposibilitados para llegar a los calabozos por la falta de transporte público y de gasolina.
En esta emergencia nacional, durante la realización de este boletín Ventana informativa 21, Alarma en calabozos por Coronavirus, hemos podido confirmar que a pesar del esfuerzo de desinfección de algunos calabozos y de charlas que se le han impartido a los presos sobre la pandemia, las policías no cuentan con recursos para alimentar a la población reclusa, ni tampoco tienen la logística, ni la capacidad de hombres, para evitar fugas, protestas y motines. En la mayoría de los calabozos los presos piden a gritos agua y comida El confinamiento de estos privados de libertad en espacios reducidos, con precarias condiciones de reclusión y hambrientos puede dar paso a tragedias que ya se han registrado en centros de detención del estado Zulia.
La Ministra Iris Varela, ha otorgado medidas sustitutivas de libertad a presos ubicados en cárceles. La asignación de cupos para trasladar a los detenidos a los centros carcelarios es imperativa. Urge desconcentrar los CDP a nivel nacional.