
Este viernes 12 de septiembre los reclusos que están detenidos en los calabozos del Cicpc de Caraballeda, ubicado en el estado Vargas, iniciaron una huelga de hambre para rechazar los maltratos que han recibido de funcionarios policiales durante requisas y también para exigir traslados a centros penitenciarios.
Angélica Lugo, UVL / Gran Caracas
La madre de uno de los internos se comunicó con Una Ventana a la Libertad para denunciar que el lunes 9 desde septiembre la población reclusa fue maltratada durante una requisa: «Los policías los golpearon, los desnudaron y les botaron todas sus cosas, hasta su comida».
La mujer explicó que el miércoles 11 de septiembre fue obligada por los policías del Cicpc a quitarse la ropa y a agacharse para poder ver a su hijo: «Yo soy una mujer de 62 años que sufre de la rodilla y de la columna y no puedo estar agachándome y subiéndome varias veces para que me revisen».
El hijo de la mujer, que pidió no ser identificada, está detenido por homicidio desde hace cuatro meses. Sin embargo, ella alega que él sufre de problemas psiquiátricos: «Tienen que hacerle una resonancia magnética y no tengo el dinero para cubrir ese gasto».
Aunque no existen cifras oficiales de la población penitenciaria en el Cicpc de Caraballeda, el hacinamiento es crítico en ese CDP. En una sola celda, que no mide más de 4 x 4 metros, hay más de 80 detenidos.
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