Los reos denunciaron que existen reclusos que cumplieron sus condenas y aún tienen entre cuatro meses y un año esperando por su boleta de excarcelación
Equipo UVL Miranda
Privados de libertad del Centro Penitenciario Yare II, ubicado en los Valles del Tuy, estado Miranda, solicitan a las autoridades judiciales que revisen los expedientes de la población reclusa. La denuncia formulada indica que en el recinto carcelario se encuentran ciudadanos que ya cumplieron sus condenas y tienen entre cuatro meses y un año esperando el cierre de sus casos para salir en libertad.
“Estamos solicitando celeridad procesal, ya que hay presos que pueden salir a la calle bajo un beneficio de régimen de confianza o por libertad condicional”, señalaron los presos a Una Ventana a la Libertad, bajo el anonimato, y añadieron que también hay reclusos de otras regiones del país que piden ser trasladados a penales cerca de sus residencias para que sus familiares puedan visitarlos con frecuencia y su traslado a los tribunales correspondientes sea más fácil.
Otro reclamo que hicieron los reos de Yare II fue que en el servicio de enfermería faltan personal médico e insumos, mientras que, con respecto a la alimentación, dijeron que solo comen arroz con frijoles chinos y la porción que reciben no es suficiente para cumplir con los nutrientes que un hombre requiere.
Indicaron que los casos de enfermedades más comunes dentro del recinto carcelario son las dificultades respiratorias y la tuberculosis. “Recientemente le hicieron una prueba de COVID-19 a un privado de libertad y, aun cuando salió positivo, permanece en el área de enfermería y no en un centro de salud”, señalaron.
El centro penitenciario Yare II se rige actualmente por el nuevo modelo penitenciario implementado por el Gobierno nacional. Este nuevo mecanismo se plantea transformar la vida de los privados de libertad, a través de la disciplina, el respeto, el estudio, la consecución de metas personales y la participación de la población penal en actividades socioproductivas, así como en manifestaciones culturales y deportivas; no obstante, los presos denunciaron que sus derechos humanos presuntamente son violados con frecuencia.
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