
Padecía de episodios de esquizofrenia debido a las condiciones de su reclusión. Sus familiares lamentan su muerte y piden investigar las circunstancias del deceso
UVL-Trujillo
Valera.- El Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas), ubicado en el sector El Cumbe del municipio Valera, tiene al menos dos calabozos ocupados con detenidos, uno de ellos para las mujeres. Precisamente en este último, durante la jornada del pasado viernes, 14 de noviembre, los funcionarios adscritos a la Guardia Nacional, encontraron el cuerpo sin vida de Gary Uzcátegui, quien había sido procesada por extorsión desde hace más de un año y pese a haber asumido los cargos, no había recibido sentencia o un traslado a un penal.
De acuerdo a allegados de la víctima, Uzcátegui padecía de constantes alucinaciones a raíz de una presunta esquizofrenia, que se agravó por las condiciones de su reclusión en el Conas. En un posible arrebato y la falta de atención médica, la ciudadana aparentemente atentó contra sí misma. No obstante, los familiares de la hoy fallecida, quien era oriunda de un sector popular de Valera, piden haya una investigación de las circunstancias de su muerte.
En soledad y desasistidos
Según información obtenida por Una Ventana a la Libertad, de manera extraoficial, se conoció que Gary se encontraba sola en el calabozo, pues el resto de las procesadas habían sido trasladadas recientemente a un Centro de Detención Preventiva en el municipio Trujillo. Aunado a esto, de acuerdo a la información, la asistencia del Ministerio Público (en materia de Derechos Humanos) y los funcionarios de altos rangos no es optima en cuanto a la atención de la salud física y mental de los detenidos. Incluso pueden pasar días y semanas sin recibir servicios médicos.
La única medida que aplicaban para prevenir la muerte de la ciudadana era esposarla durante las alucinaciones y presuntas amenazas de quitarse la vida.
Actualmente la cifra de privados de libertad ronda entre los 14 y 16 detenidos, en su totalidad de sexo masculino. Al menos uno de ellos tiene cinco años privado de libertad y con pena dictada, pero sin poder ser trasladado. Dentro del calabozo, pese a no tener hacinamiento, la falta de luz solar y las altas temperaturas, generan un calor incomodo para los detenidos. Las visitas son de apenas 10 minutos y en ocasiones se las niegan como medida disciplinaria.
Dejar una contestacion