Requisas en calabozos no respetan derechos humanos de los detenidos

En las requisas muchas veces se generan motines ante el trato de los funcionarios a la población penal. Foto: Cortesía.

Equipo UVL Cojedes

San Carlos.- Las requisas policiales se realizan en los centros de detención preventiva y en las cárceles del país y han sido motivo de reyertas y motines que terminan con la vida de privados de libertad. De acuerdo con la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N 6.207 del 28 de diciembre del 2015, referente al Código Orgánico Penitenciario en el título I, artículo 2, parágrafo 24, se conoce como requisa a la revisión exhaustiva de personas privadas de libertad, de funcionarios públicos, o funcionarias públicas, de visitantes, vehículos, objetos y áreas del servicio penitenciario, con la finalidad de detectar y decomisar objetos de tenencia prohibida con la estricta observancia del respeto a los derechos humanos.

Durante el 2021 en el retén de la Comandancia General de la Policía del Estado Cojedes, se realizaron un total de 26 revisiones a los cerca de 400 presos que se encontraban en el lugar lo que trajo como resultado la incautación de drogas, cervezas, licores y celulares, entre otros productos.

Igualmente, se realizaron 32 requisas a detenidos de manera individual y aleatoria y por la presunción de alguna sustancia ilícita, además de 41 inspecciones a los anexos donde se constató las condiciones del lugar.

Se conoció que a los familiares se les realizaron 17 inspecciones, durante el pasado año, en la que ocho personas fueron detenidas al intentar ingresar a los calabozos sustancias prohibidas escondidas dentro de la comida o en partes de su cuerpo. Los aprehendidos fueron puestos a disposición del Ministerio Público.

Dentro de los objetos y sustancias encontradas durante los procedimientos están cigarros, chimo, cervezas y diferentes tipos de licores. También se recolectaron drogas entre las que se destacan marihuana, crippy, piedra, pastillas (rupinol, roche), entre otras y droga líquida.

A través de las investigaciones de rigor trascendió que cuatro civiles fueron detenidos por presunta complicidad para introducir sustancias prohibidas al retén, así como el caso de tres policías que fueron destituidos y sancionados al demostrarse su participación en estos hechos delictivos.

Ante la implicación de los policías en introducir sustancias prohibidas al centro de detención preventiva, la comandancia de la Policía del Estado Cojedes, implementó que cada dos meses se rotaran a los funcionarios que custodian el lugar.

Del mismo modo, en estas revisiones de acuerdo a lo que establecen las normas se garantiza la presencia de organizaciones de defensa de derechos humanos, funcionarios del Ministerio de Salud, de los tribunales del estado, Defensoría del Pueblo, Defensa Pública y se aplica la Ley Orgánica del Servicio Policial en cada procedimiento.  

Requisas planificadas 

Una fuente policial, que prefirió no revelar su identidad, dijo que las requisas se planifican en el comando con los funcionarios custodios que se encuentran de guardia ese día y es dirigida por el comandante de la sede policial y divide a los funcionarios, los masculinos revisan a su sexo y las mujeres de igual manera. Dijo que en muy pocas ocasiones se notifica a la Fiscalía del Ministerio Público o a alguna organización de defensa de derechos humanos o de atención a la víctima.

Agregó que, a los jefes de los retenes de la Policía del Estado Cojedes, los rotan cada dos meses para evitar que el personal policial caiga en vicios. Expresó que estas revisiones tienen como objetivo resguardar la integridad física de los privados de libertad y la de los uniformados que se encuentran en el lugar.

“Entre los objetos que más se consiguen en esas requisas son celulares, armas blancas, armas de fuego, drogas y hasta teléfonos. Estos operativos son sorpresivos y generan mucha tensión entre los privados de libertad y sus familiares. Casi siempre después de una revisión hay un intento de motín o un motín y uno tiene que estar muy alerta”, sostuvo.

Son momentos de mucha tensión, porque puede pasar cualquier cosa que puede poner en peligro la vida de los funcionarios y la de los presos, aseguró

Familiares de privados de libertad han relatado los abusos de los funcionarios policiales durante las requisas. Un padre de uno de los detenidos, quien aclaró que no tiene miedo de dar su nombre, pero lo omitió para evitar represalias en contra de su familiar, contó que su hijo no dice lo que sucede en las revisiones, pero él sabe que son maltratados por los funcionarios, muchas veces los sacan de madrugada y en ocasiones los golpean cuando reclaman por los malos tratos.

Familias angustiadas

Carmen Rodríguez, quien tuvo un familiar detenido en el retén de Policojedes, relata que tenía que trasladarse todos los días desde su casa, en la urbanización Monseñor Padilla, en San Carlos, hasta el comando y debía recorrer cerca de 12 kilómetros diarios a pie en medio de la pandemia, porque no había transporte, para poder llevar comida a su pariente.

 Rodríguez relata que se las debía ingeniar, para estar a la hora fijada, antes de las 10:00 am, porque de lo contrario no podía entregar la comida que tenía que alcanzar para almuerzo y cena. “Yo soy una mujer de 60 años con padecimientos de salud y aun así no podía dejar de ir, a pesar de que mi familiar estaba detenido por robo. Por la pandemia no se nos permitía ver a nuestros familiares, solo le dejábamos la comida. Yo tenía que hacer un enorme sacrificio, los tribunales cerrados y con la angustia del Covid”.

Relata el familiar que debían ir con una franela azul y en la entrada del retén te revisaban la comida. Algunos funcionarios nos trataban con respeto, otros eran déspotas y groseros. Aunque tenían guantes, muchas veces le metían la mano a la comida, para revisar que no hubiera nada raro allí. Durante todo el 2020 no pudimos ver a nuestros parientes, fue solo casi a mitad del 2021 que hubo un motín y los policías accedieron a que los visitáramos por 15 minutos. “Gracias a Dios que con la cayapa judicial el familiar mío salió de ese infierno”.

 Dentro de los requisitos exigidos por los funcionarios policiales para la visita se requiere que lleven franela de color azul, tapabocas, cédula de identidad laminada, ser mayor de edad, cumplir con el distanciamiento social y las medidas de bioseguridad para evitar la propagación del Covid-19. Los envases de la comida deben ser transparentes, deben llevar guantes y las cubiertas deben ser de plástico.

Para la abogada y penalista, Lilibeth Sandoval, las requisas siempre son motivo de preocupación para familiares y parientes por lo que se puede encontrar y generar. Destacó que hay que ser respetuoso con la dignidad humana y con el respeto de los derechos humanos de los privados de libertad y eso es responsabilidad del Estado venezolano. Agregó que los motines, en muchas ocasiones, son provocados por requisas que lejos de solucionar un problema crean otro mayor.

“Más allá de que exista las leyes se hace necesario la implementación de un manual de normas y procedimientos que puedan hacer los funcionarios cuando realicen este tipo de inspecciones. Hay casos emblemáticos de violaciones de derechos humanos en las cárceles venezolanas”, sostuvo Sandoval.

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