Reos LGBT en Nueva Esparta: entre líderes y “Manchados”

Ser miembro de la comunidad LGBT dentro de los Centros de Detención Preventiva (CDP) en el estado Nueva Esparta, en la mayoría de los casos es complicado. Los homosexuales se llevan la peor parte. Son calificados como “manchados” y entran en un grupo de denigrados, en el cual comparten el calificativo con violadores, aun cuando ellos no estén tras las rejas por violencia sexual.

Equipo Investigación UVL

Por otro lado, las lesbianas pueden llegar a tener un sitial de honor dentro del único CDP exclusivo para mujeres ubicado en Los Robles, municipio Maneiro,  administrado por el Instituto Autónomo de Policía del estado Bolivariano de Nueva Esparta. Las mujeres parecen ser mucho más abiertas al momento de asumir sus preferencias sexuales. De hecho, las líderes siempre terminan siendo aquellas que admiten sentirse atraídas por personas de su mismo sexo.

Una funcionaria del Iapolebne, quien ha servido en varias ocasiones como celadora en el CDP de Los Robles, comentó que las lesbianas tienen más rasgos de líderes que las heterosexuales, quienes adoptan una postura mucho más sumisa.

Explicó que varias detenidas han llegado a este calabozo con esposos e hijos, pero una vez caen presas empiezan a coquetear con sus compañeras y en casos llegan a declararse como lesbianas o tener una doble vida. La funcionaria, quien prefiere no identificarse, añadió que la misma soledad las orilla a buscar algo de afecto en sus compañeras. “Las mujeres sufren mucho más cuando caen presas, porque si un hombre está detenido su esposa le lleva comida y está pendiente, pero a las mujeres las dejan a un lado, dejan de existir. Entonces al verse en esta situación, se deprimen y se van con la primera persona que les dé amor y cariño”.

Afirmó que las lesbianas son mucho más agresivas con las custodias y llegan a ser más problemáticas que los mismos hombres. A pesar de esto, cuenta que se les da un trato como a cualquier privado de libertad y que por su condición sexual no son discriminadas.

Esto lo confirma Carmen  Marcano, madre de una de las privadas de libertad que abiertamente se declara miembro de la comunidad LGBT e indicó que siempre supo que su hija gustaba de otras mujeres, aunque cuando fue encarcelada por micro tráfico de drogas esta asumió más libremente sus preferencias sexuales. “Mi hija cuando estaba libre era más discreta, pero una vez cayó presa se liberó de las ataduras. Creo que dejó de sentir miedo, porque no tenía nada que perder, ya estaba privada de su libertad. Ella tenía su pareja y las dos veníamos a visitarla, pero la muchacha se fue a Perú. Nunca tuvo problemas para entrar a visitarla”.

Marcano dijo que su hija es muy proactiva dentro del CDP, de hecho ella se encarga de cocinar y administrar los pocos alimentos que tengan las detenidas, por lo que se ha ganado el respeto de todas.“La mayoría de las muchachas son lesbianas, han tenido conflictos amorosos y peleas, eso es una novela de Venevisión”.

Sexualidad en tránsito

La sexóloga Luisa Ramírez se refirió a la tendencia de mujeres u hombres heterosexuales a coquetear con la homosexualidad una vez que son encarcacelados.  Indicó que esto es una situación muy normal y que los privados al estar confinados a un espacio con personas de su mismo sexo pueden llegar a cambiar total o momentáneamente su sexualidad.

Relató que son muy esporádicos los casos de homosexuales y heterosexuales extremos, pero que en la sociedad muy poco se habla de eso, pero esto se puede medir a través de la escala Kinsey. Asimismo, dijo que cuando existe maltrato a la comunidad homosexual dentro de los CDP se debe a la sociedad machista en la que vivimos. En este sentido, resaltó la importancia de la educación sexual en todas las áreas.

“Los Manchados”

La situación de los homosexuales dentro de los CDP de Nueva Esparta es mucho más compleja y denigrante. Los detenidos los califican como “Los manchados”. Deben estar apartados del resto y servir como esclavos para el resto de sus compañeros. En el CDP de PoliMariño, en Porlamar, municipio Mariño del estado Nueva Esparta, estos deben dormir y estar siempre aparte del resto. Los detenidos deben asumir una postura violenta con ellos o de lo contrario podrían pensar que ellos también son homosexuales.

Así lo confirma, Luis Velásquez quien estuvo dentro de este calabozo por dos años y quien aun sin querer tuvo que tratar mal a “los manchados”. “Yo no tengo nada en contra de los maricos, tengo un hermano gay y varios amigos. Son buenas personas, pero estar dentro de la cárcel es rudo y al ser gay es mucho peor. No quería complicar más mi vida ahí”.

Velásquez relató que el trabajo de este grupo de privados de libertad es limpiar el CDP, recoger la basura, limpiar los baños, porque son quehaceres que “deberían hacer las mujeres”. Sin embargo, no tienen derecho a preparar la comida porque son vistos como personas sucias. A su juicio, el trato de los reos homosexuales por parte de los custodios es bueno, igual al que cualquier otro, aclarando que eso dependía del comportamiento que estos tuviesen dentro del CDP.

Comentó que muy pocos reciben visita conyugal y que los que tienen parejas se les permite. Desconoce si estos usan algún tipo de protección. A su vez, dijo que los presos heterosexuales no estaban con los gays pues de hacerlo serían considerados “manchados”. Lo que si llegó a notar es que entre los homosexuales tenían relaciones.

“Es muy duro estar en la posición de los manchados, se les da un trato muy injusto, nadie merece ser visto como un perro con sarna. Considero que ellos deben tener un espacio para ellos, pero eso es mentira los calabozos están llenos de gente y no hay presupuesto para que las policías puedan ampliarlos o mejorarlos. Al final seamos gays o heterosexuales todos estamos en la misma fosa común”, puntualizó Velásquez.

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