Reclusos de calabozos policiales en Caracas no celebrarán festividades navideñas con sus familiares

La Nochebuena y el Año Nuevo pasarán por debajo de la mesa en los centros de detención preventiva en la capital de Venezuela, debido a la falta de espacios y logística necesaria para celebrar estas fechas

Angélica Lugo
Una Ventana a la Libertad Caracas

La época navideña es ideal para celebrar con los familiares y seres queridos. Para agradecer, homenajear y, de ser necesario, perdonar a nuestros afectos. En varias partes del mundo diciembre es aprovechado para esto. Sin embargo, la población reclusa no la tiene fácil en este mes que es considerado por muchos como el más bonito del año.

De los 27 centros de detención preventiva que son monitoreados en el Área Metropolitana de Caracas, Una Ventana a la Libertad seleccionó tres calabozos policiales civiles que no guardan relación entre sí y que están ubicados en municipios distintos: el de la Policía Municipal de El Hatillo (Polihatillo), ubicado en el municipio El Hatillo, el de la Policía Municipal de Baruta (Polibaruta) y el de la Policía Nacional Bolivariana de El Valle, ubicado en el municipio Libertador.

Las tres prisiones preventivas suman 293 privados de libertad, de los cuales 244 son mujeres y 49 son hombres. Toda esta población penitenciaria no tendrá la oportunidad de compartir con sus seres queridos ni el 24, ni el 31 de diciembre. Fuentes policiales consultadas en las tres comisarías explicaron que no cuentan con la logística, ni con el personal suficiente para que los y las internas puedan compartir con sus familiares.

Un almuerzo especial por Navidad

En la PNB de El Valle, que es el único centro de detención preventiva exclusivo para mujeres en la capital de Venezuela, ya hay ambiente navideño. Las 238 mujeres que están detenidas en ese espacio se organizaron para montar y decorar un arbolito de Navidad, un nacimiento. Además de ello, las internas realizaron adornos para colocarlos en todos los espacios del calabozo policial.

Una Ventana a la Libertad confirmó con una fuente policial que antes del 20 de diciembre las privadas de libertad tendrán un almuerzo de Navidad especial que será posible gracias a la ayuda de una iglesia evangélica.

En este CDP actualmente hay tres mujeres embarazadas y otra reclusa tiene una bebé de cuatro meses que dio a luz estando detenida. Aunque fuentes policiales aseguraron que le permiten amamantar a su bebé los parientes de la interna no le llevan con frecuencia a la niña y, al parecer, la situación será la misma en diciembre.

Una visita especial entre Nochebuena y Año Nuevo

En Polihatillo los funcionarios policiales consultados fueron sinceros al asegurar que, aunque su población reclusa es de 13 personas, no tienen capacidad para organizarles una celebración especial con sus seres queridos.

“Estamos tratando de coordinar con los familiares de los privados de libertad una fecha de visita especial. Aunque semanalmente los internos tienen permitidas dos visitas, una los miércoles y otra los sábados, queremos permitirles una visita especial entre el 24 y 31 de diciembre, pues esas dos fechas la logística de movilización de las personas es más difícil y muchos de los familiares de nuestros detenidos reservan esos días para compartir con el resto de su familia”, explicó uno de los efectivos de Polihatillo.

Una Ventana a la Libertad confirmó que la visita especial no puede durar más de media hora, precisamente, por la falta de personal.

“En Polibaruta estamos crudos para la Navidad”

Un funcionario de la Policía Municipal de Baruta aseguró que, hasta la fecha, no hay planes para que los 42 reclusos que están detenidos allí compartan con sus familiares en Navidad: “En Polibaruta estamos crudos para la Navidad (…) No hemos pensado en eso y tampoco creo que logremos organizar nada. No lo hemos hecho porque no es fácil ponerse de acuerdo con los familiares y tener a tantas personas a la vez puede ser un riesgo”.

Pese a que en este centro de detención preventiva no han colocado la Navidad en el área de los calabozos, lograron conseguir una pintura para pintar el área de detención.

Aunque cado uno de los 27 centros de detención preventiva monitoreados por UVL en Caracas tiene sus particularidades, lo más probable es que los otros 24 centros, que no son ni la PNB de El Valle, Polihatillo ni Polibaruta, lo más probable es que en ninguno de estos espacios tengan una logística especial de Navidad de los detenidos con sus parientes.

En todos los calabozos policiales hay hacinamiento y déficit de funcionarios encargados de la custodia de los internos, debido a que el común denominador es que la población reclusa supere a los policías que están en funciones de custodia.

De acuerdo con cifras de UVL, en los 27 CDP monitoreados en el Área Metropolitana de Caracas hay 3036 privados de libertad.

¿Qué consecuencias puede traer que los reclusos no vean a sus parientes en las navidades?

Sin ánimos de juzgar al personal policial que custodia a los detenidos en los calabozos policiales y militares, pues en la mayoría de los casos los funcionarios hacen un gran esfuerzo por garantizar la seguridad en estos centros de detención preventiva, es probable que esta población reclusa se sienta en la época decembrina.

Los expertos en salud mental aseguran que en las navidades los seres humanos tienden a estar movidos emocionalmente. La psicóloga clínica y social Yorelis Acosta, quien además es investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela, explicó que las indicaciones generales de cómo gestionar los pensamientos y cómo superar la depresión blanca o el síndrome navideño, no aplica para la población reclusa.

“El suspender estar con sus familiares es un castigo demasiado grande para esta población que vive en condiciones tan negativas que afectan su salud mental, sus condiciones de vida, su perspectiva de futuro y sus ganas inclusive de seguir viviendo. Entonces, no ver a los suyos, es un gran castigo. Es quitarles la pequeña alegría, recompensa, respiro, de poder tomar aliento con eso y tomar un poco de fuerza para poder enfrentar su día que es mucho más complicado que el nuestro”, precisó.

Acosta explicó que para los venezolanos, cuyo saldo es negativo, es decir, que tengan problemas financieros, su estilo de vida ha cambiado, tengan más estrés, están lejos de los amigos, que tengan nostalgia por todas las pérdidas, esas serían las causas de esa tristeza navideña.

“Eso en términos normales. Pero si nos vamos a la población que está privada de libertad, la lista de causas que afectan su nivel de vida, donde las condiciones de vida son negativas, son de deterioro, hacinamiento, de falta de salubridad, incluso educación, comida, no dudamos que la Navidad sea el momento que más añoran para encontrarse con los suyos y que ese encuentro pueda compensar toda la pena, todos los problemas y momentos difíciles que se pasaron durante el año”, manifestó la especialista en salud mental.

La psicóloga comentó que, por lo general, muchas personas pueden esperar con ansias y con mucho deseo la Navidad, porque es el momento de la alegría, del acercamiento, de la visita, de las compras y de los regalos y también para sacar ese balance de qué les quedó, qué regalo pueden disfrutar. Mientras que hay otro grupo de personas que tiende a deprimirse un poco y quizá a estresarse por la Navidad: “De hecho, también pudiéramos encontrar por allí alguna caracterización del estrés de Navidad”. Yorelis Acosta advirtió a Una Ventana a la Libertad que, aunque la depresión blanca o blues de Navidad es muy frecuente en varios países en esta época del año, no aplica en el país: “Ya nosotros los psicólogos estamos esperando mucha inestabilidad emocional. Este es otro ejemplo de cómo la caracterización normal y de lo que pasa en el resto del mundo, no aplica en Venezuela”.

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