Durante este 2024, detenidos del Centro de Coordinación Policial N.º 2 de Valera, han protestado al menos en tres oportunidades. Una de ellas fue una huelga de hambre de apenas unas cuatro horas, para exigir cambios de custodios
Equipo UVL Trujillo
(Valera-Trujillo) El Centro de Coordinación Policial Nº2 del Cuerpo de Policía del Estado Trujillo (CPET) es uno de los Centros de Detención Preventiva regionales con mayor población de reclusos. Posee tres celdas que pese a sus reducidas dimensiones albergan un promedio de 30 a 40 privados de libertad cada una.
En palabras de sus familiares, este CDP es incómodo: los calabozos son largos pero angostos, algunos detenidos duermen de pie y otros en improvisados chinchorros. En materia de aseo solamente una celda tiene tanque de agua independiente para los baños, las dos celdas contiguas comparten uno, que cuando se agota los obliga a hacer sus necesidades en bolsas.
Sin embargo, esta situación– según contaron los familiares de los privados a Una Ventana a la Libertad- es soportable, al punto de no ser la causa de las tres protestas que han ocurrido este 2024. Según los declarantes, entrevistados el martes 18 de junio y reseñados durante este semestre en el portal de UVL, las manifestaciones se originaron por presuntos malos tratos de los funcionarios policiales encargados de la vigilancia del CDP.
Hurto de comida y violencia
“En marzo fue esa protesta. Ellos (los detenidos) no nos quisieron recibir la comida, porque estaban en huelga de hambre.” Explicó la esposa de un detenido, de 30 años de edad, quien actualmente tiene ocho meses privado de libertad en el CCPNº2. “Ellos pedían que el grupo de policías no les dieran malos tratos, porque se robaban la comida. Uno les llevaba un pan y les entregaban la mitad. Las afeitadoras no se las daban y la visita era de diez minutos” comentó la mujer, quien pidió no revelar su identidad.
No obstante, la huelga de hambre no surtió efecto. Los detenidos pasaron cuatro horas sin comer y levantaron la huelga cuando el Ministerio Público envió una comisión. “Ellos pidieron hablar con el Fiscal y las cosas mejoraron un poco” declaró la joven. Sin embargo, semanas después, a principios de abril, cambiaron la guardia de los policías y con este procedimiento se dio una requisa.
“A finales del año pasado hicieron una requisa en la que les botaron todo. Nosotros hicimos una protesta por eso, pero en abril, cuando cambiaron al grupo de policías, hicieron otra y botaron todo otra vez. Ni ellos ni nosotros protestamos, pero sí recogimos firmas que se llevaron a la Defensoría del Pueblo para solicitar que no botaran las pertenencias que tanto nos costaba comprar”.
El equipo de Una Ventana a la Libertad intentó conseguir información en este organismo, pero se negaron a ofrecer detalles del procedimiento. Sin embargo, en su cuenta oficial de Instagram reflejaron su acompañamiento durante una requisa del 19 de abril de 2024.
“La Defensoría del Pueblo como institución garante de Derechos Humanos, verifica procedimiento de requisa en las instalaciones de la Coordinación Policial 2.1 del municipio Valera, en aras de garantizar los DDHH de la población recluida en dicha instalación” versó el texto acompañado de imágenes.
Luego de esta acción y la solicitud canalizada por el organismo, no han habido otras requisas. Los familiares aseguran que se ha notado un cambio de actitud en el personal policial. “Claro, siempre ocurren pequeñas diferencias, pero no como antes, que te tiraban las bolsas en el piso o te quitaban las cosas”, comentó la esposa del detenido.
Por otro lado, UVL reseñó otra de las protestas ocurridas este año en el CCPNº2: Una manifestación a gritos para reclamar por la suspensión de las audiencias en el marco del Operativo de Semana Santa Segura 2024.
“Esta es una costumbre que tienen antes de vacaciones” comentó una familiar, entrevistada la mañana del 21 de marzo en las instalaciones del CDP. La dama, quien se encarga de llevar alimentos a detenidos foráneos, manifestó que dicha práctica agrava el retardo procesal. Aunque es una situación frecuente, los detenidos no han logrado mejorarla por medio de las protestas, que se vuelven reclamos silenciosos.
Al margen de la huelga nacional
Pese al historial de escaramuzas de estos meses, los privados de libertad de este CDP no se unieron a la protesta nacional, ocurrida el pasado 9 de julio, debido a que les prometieron un Plan Cayapa. “Están tranquilos, porque les pidieron esperar un Plan Cayapa, que quién sabe cuándo vendrá” dijo una dama, quien tiene a su esposo y cuñados detenidos en este comando.
Algunos de los privados están atentos ante posibles liberaciones o medidas sustitutivas a la privativa de libertad. “No se ha escuchado rumor de nada, todo está tranquilo y en paz. Sin insinuar protestas. Por lo menos mi hermano me dijo que tenía esperanzas en que la jueza, si volvía a revisar su caso en el plan, le pueda dar un beneficio. Porque él no tiene causa para que lo acusen, a lo mejor lo sacan, lo dejan libre. Como te he comentado, su detención fue injusta”, declaró Wuilmer Bastidas, hermano de un procesado por presunta violencia sexual.
Vale mencionar que en el estado, el único centro penitenciario que se unió a la huelga de hambre nacional fue el Internado Judicial de Trujillo. Un total de 58 penados protestaron para exigir libertades y traslados, desde el 9 de junio hasta mediados del 11 de junio, cuando -según fuentes extraoficiales- se controló la situación con una visita de la Defensa Pública y otros organismos.
En el caso de los CDP regionales, UVL realizó un monitoreo por los Centros de Control y Resguardo del Detenido de la Policía Nacional Bolivariana, ubicados en el municipio San Rafael de Carvajal; los CDP del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de Valera; y se corroboró que no hubo intentos de motines.
Según efectivos de estos centros, los privados de libertad se sienten atendidos al recibir regularmente jornadas interinstitucionales. Este primer semestre de 2024, han tenido dos jornadas médicas y legales: la primera el 12 de marzo y la segunda, este 19 de junio. Esto además de ser visitados por otras instituciones que registran sus condiciones de reclusión.
Sin cambios profundos
No obstante, las distintas atenciones y las promesas de liberaciones por jornadas judiciales, no han servido para generar cambios profundos en las condiciones de reclusión de los ciudadanos en los CDP. En perspectiva de los familiares, los recluidos en el CCPNº2 padecen los problemas del hacinamiento. Más de 80 detenidos deben convivir entre el sudor de sus compañeros, olores nauseabundos y enfermedades contagiosas.
“Uno como familiar puede hacer saber las inconformidades, pero solamente de la atención. Lo demás escapa de nuestras manos. A mi juicio esas celdas no están aptas para tener personas. Ahí hay sanos y enfermos. Hay uno con tuberculosis, otro con papiloma y VIH. Hay sarna, diarrea y la semana pasada todos tenían fiebre, dolor de cabeza y tos”, comentó una de las entrevistadas.
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