Presos en calabozos policiales de Portuguesa: “Nos traen por 45 días y nos dejan hasta por 4 años”

Presos de Guanare en protesta nacional carcelaria| Foto cortesía

UVL Portuguesa

En los calabozos de la Policía del Estado Portuguesa se oyó el himno nacional muy temprano, el pasado lunes 10 de junio. Con esa señal, una pancarta y con la lectura de un manifiesto en favor de beneficios procesales y contra las condiciones indígenas de reclusión, los presos avisaban que se unían a la protesta nacional carcelaria iniciada un día antes en 15 cárceles venezolanas, 4 anexos de mujeres y 14 centros de detención preventiva.

Concentrados en pasillos y estrechas salas, decenas de presos en las comisarías de los municipios Guanare, Acarigua, Ospino y Turén se unieron a la exigencia nacional. Denunciaron que los apresan por 45 días, mientras concluye la investigación criminal, y los dejan hasta por 4 años, cuando ya se ha cumplido más de la mitad de la pena. Y, en muchos casos, cuando no se comprueba delito”

Un día después, el 12 de junio, una docena de familiares se plantó de manera pacífica frente al Palacio de Justicia en Guanare. Allí tomó la vocería Deglis Pulido, madre del recluso Wilmer Pulido. La mujer declaró a UVL que levantaban la voz en nombre de los privados de libertad.   “Estamos exigiendo que nos tomen en cuenta”, señaló Pulido.

“Necesitamos que, por favor, nos atiendan, nos den respuesta. Hay mucho retardo procesal”, argumentó la madre.

Según la versión de Deglis Pulido, en el calabozo de la Comandancia de Policía del Estado Portuguesa hay muchos privados de libertad que ya han cumplido más de la tercera y cuarta parte de la pena y aún están detenidos sin que se concluyan sus juicios.

En esos calabozos no hay condiciones adecuadas para mantener por tantos años a unos privados de libertad. Y los jueces lo que hacen es diferir las audiencias. Allí hay todo tipo de enfermedad: desde sarna hasta tuberculosis, y nadie hace nada por descongestionar ni mover los juicios. Es algo muy grave, destacó Deglis Paredes.

Ni una medida humanitaria

Wilmer Pulido, el hijo de Deglis, está preso desde hace 2 años y medio imputado 2 veces por la misma causa. La primera causa penal data desde hace 7 años. Según confirma la madre, ” el tribunal nunca se ha dignado en dar una respuesta”.

Aparte de su reclusión irregular, Pulido presenta una lesión grave por un disparo en la cabeza y no ha sido posible que el tribunal procese una medida humanitaria.

” Ya los informes médico forenses están consignados y el juez alega que requiere autorización de la presidenta del circuito judicial. Mi hijo está muy delicado de salud, está en riesgo de muerte”, precisó en entrevista con UVL.

Wilmer Pulido duerme en el suelo, aquejado de fuertes dolores y sin tratamiento farmacológico. Necesita una operación de urgencia porque hay que colocarle una malla intercraneal, pero a la fecha, la juez no ha tomado en cuenta el informe de medicina forense.

Juego perverso

La comisión de derechos humanos del Colegio de Abogados del Estado Portuguesa ha descrito el retardo procesal de los presos comunes en esta jurisdicción como “un juego perverso”. En los calabozos policiales y retenes militares hay personas que tienen condena de 4 años y no los atienden. Todo parece un juego: los llevan a los tribunales y estos intespectivamente suspenden las audiencias. Siempre se alega que el juez no se encuentra y difieren los actos judiciales, sostiene la comisión en un comunicado oficial.

Cuando comienzan un juicio y se está en la fase final este se interrumpe por cambios sobrevenidos o vacaciones de jueces, entonces hay que empezar de cero, nuevamente. Así se nos pasan los días, los meses mientras los privados de libertad allá adentro viven situaciones críticas. Eso es inhumano, ratifica la organización gremial.

Libertades a última hora

Al sentir la presión de la huelga carcelaria, los operadores del sistema de justicia se movieron en Portuguesa. El 14 de junio, a un día de cesada la protesta, se realizó un abordaje relámpago por parte de jueces y defensores públicos en el Centro Penitenciario Agroproductivo 26 de Marzo. Fueron revisados los expedientes y otorgadas 14 libertades. Los funcionarios judiciales entrevistaron a 115 privados de libertad: 82 penados de otras regiones del país y 33 penados de la circunscripción del estado Portuguesa, indicó el coordinación regional de la Defensa Pública, abogado José Enrique Ortega.

Las 14 libertades quedaron discriminadas de la siguiente manera:

  • a)  Ocho (8) libertades por extinción de pena:  cumplimiento físico de las 3/4 partes de la pena cumplida, más las redenciones por trabajo y estudio. Los delitos cursados eran robo agravado, robo agravado de vehículo, tentativa de obstaculización de vías, abuso sexual y homicidio; b) Cuatro (4) libertades por suspensión condicional del proceso. Los delitos estimaban penas menores a 5 años;  c) Dos (2) libertades por fórmula de libertad condicional.

Prisión en casa

El abordaje judicial iniciado en el 26 de Marzo no se extendió hasta los calabozos policiales ni militares. No obstante, la presión pública de la huelga permitió que el tribunal revisara la causa de Wilmer Pulido, quien fue beneficiado con una medida cautelar sustitutiva de privación de libertad. Desde el viernes 14 de junio está en arresto domiciliario. Su madre, Deglis Pulido, inició trámites para su tratamiento quirúrgico, a realizarse en el Hospital Miguel Oraa de Guanare.

La huelga está dando resultado, está visto que si no exigimos nuestros derechos no se cumple con la ley, señaló Pulido.

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