Presentación Ventana Informativa N° 20

La violación de los DDHH de los privados de libertad en los calabozos exacerba su violencia para sobrevivir en el interior de las celdas. El 15% de las muertes registradas en Centros de Detención Preventiva (CDP) en el informe del I semestre de 2019  de Una ventana a la libertad (UVL), se debe a riñas entre presos El retardo procesal y el hacinamiento son los ases de oro de los funcionarios y líderes negativos que trafican con el dolor y las míseras condiciones de quienes viven dentro. Todo se negocia dentro de un reclusorio a punta de plata, puño o puñal, desde optar por el liderazgo  hasta sacar la punta de la nariz para respirar un poco de aire fresco.

En los calabozos de mayor hacinamiento se agrava el hambre, el calor, la sed, la presencia de enfermedades infectocontagiosas, el desorden de ropa sucia y la acumulación de excrementos. Bajo condiciones infrahumanas el Estado no es garante de nada, por lo que es imposible para los funcionarios evitar que broten líderes dentro de este caos y que se extienda la figura del pran de las cárceles, en algunos calabozos. En una base policial donde hay más de 100 presos para dos funcionarios, solos no pueden controlar a la población recluida. Los  “Líderes negativos”, son los que toman la batuta e imponen las reglas de convivencia rejas hacia dentro. Los policías se ven en la obligación de aliarse con los líderes negativo o pranes para mantener el control de los reclusorios.

Las estructuras criminales, por modelaje, han crecido en tamaño, poder y sofisticación hasta permear algunos CDP y crear tentáculos extramuros a todo nivel. El 30 de diciembre de 2019 fuimos testigos de un motín registrado en el Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas de Cabimas,  luego de una disputa registrada entre los pranes de los pabellones “B” y “C” del centro de reclusión. Según datos recabados a través de funcionarios de la policía científica; y del Comando Nacional de Antiextorsión y Secuestro (Conas) de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB); las riñas entre reclusos pudieron tener su origen en la disputa por el control del contrabando de gasolina y las extorsiones en esta región zuliana.

El equipo de Investigación de UVL en esta Ventana Informativa N° 20, ha podido apreciar cómo se ha ido expandiendo la figura de los pranes en los calabozos, cuáles son las reglas que imponen y qué pasa con quienes las infringen, cómo es la relación entre estas figuras que conquistan el poder intramuros con funcionarios de diversa escala y cómo va permeando toda esta subcultura de antivalores en barrios y comunidades.

Existen niños en barrios de Venezuela que cuándo se les pregunta qué quieres ser cuando seas grande, responden: “Quiero ser un Pran”…¿Será éste un tema que le preocupe a quienes hoy dirigen los organismos de seguridad y justicia en Venezuela?…

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