UVL | Portuguesa
Tres enfermeras del Hospital Jesús María Casal Ramos, de Acarigua, en Portuguesa, investigadas por cobrar el cuidado de pacientes recluidos en el área de COVID-19, quedaron privadas de libertad. Son ellas Jania Veroes (41) , Betty Adan (40) y Azdaly Mejías (37) .
Por acción de la fiscalía el tribunal de Acarigua, a investigadas se les imputó por el delito de peculado doloso, propio previsto y sancionado en la Ley contra la Corrupción. Las tres mujeres fueron presentadas el lunes 11 de octubre.
Las enfermeras Veroes, Adan y Mejías permanecerán detenidas en el Centro de Coordinación Policial Juan Guillermo Iribarren, de la ciudad de Araure, que funciona como reclusorio preventivo de mujeres en el cono norte de Portuguesa.
En el estado Portuguesa se contabilizan, de acuerdo con monitoreo de UVL , 59 mujeres presas . 47 femeninas están recluidas en anexos a calabozos de la policía estadal , uno en Araure y otro en Guanare, y otras 12 permanecen en el puesto de control vial de la Guardia Nacional en Boconoito, e límites con el estado Barinas.
En mayo de 2020, la exministra para asuntos penitenciarios prometió construir en Portuguesa una cárcel para mujeres. A la fecha, octubre de 2021, la promesa continúa vacía. El ofrecimiento se hizo en ocasión del desmantelamiento del Centro Penitenciario de los Llanos Occidentales (Cepello) , tras la masacre que dejó 47 presos asesinados y 67 heridos graves.
Los hechos
La aprehensión de las tres enfermeras se realizó el pasado miércoles 6 de octubre en el mismo hospital, y fue practicada por funcionarios de la Dirección de Inteligencia y Estrategia Preventiva (Diep) de la Policía del estado.
Sobre ellas pesaba una orden de captura N° PP11-P-1675-2021, emitida por el Tribunal Segundo de Control del Segundo Circuito Judicial Penal del estado, extensión Acarigua, por el delito de corrupción, relacionada con la causa MP-188314-2021.
Las profesionales de la enfermería comenzaron a ser investigadas cuando entre el pasado 23 y el 28 de septiembre unos familiares de dos adultas mayores fallecieron en la sala de aislamiento de pacientes con COVID-19 del J.M. Casal Ramos.
Los allegados denunciaron que para que los pacientes tuvieran una atención respetuosa y se les cumpliera el tratamiento a las horas indicadas y al pie de la letra, las enfermeras cobraban alrededor de 60 dólares diarios.
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