
Equipo UVL Zulia
Sin familiares cerca y sin medicamentos se aleja la posibilidad de recuperarse de cualquier enfermedad en prisión. En Luis Pushaina, privado de libertad del Centro de arresto y Detenciones Preventivas de San Carlos de Zulia, queda más que demostrado. En 2020 se complicó su estado de salud y poco a poco fue perdiendo fuerza, movilidad y finalmente murió, el 2 de octubre de 2020, de un paro respiratorio en el Hospital General de Santa Bárbara, municipio Colón del estado Zulia.
Pushaina formaba parte del grupo de siete privados de libertad que iniciaron 2029 con tuberculosis en el retén y de os cuales solo sobreviven tres. El 24 de septiembre de 2020, en una jornada médica, las autoridades se percataron que el recluso apenas podía sostenerse en pie por desnutrición e infección en las vías respiratorias y los pulmones. No tenía familia ni quien le gestionara ante un tribunal el traslado a un centro de salud, comentó otro interno.
A través de una fundación que visita el retén se logró que un médico asistiera al penal y lo evaluara. Su tratamiento médico rondaba los cinco millones de bolívares diarios. Se hizo colecta y se solicitó la colaboración de la comunidad para asistirlo. Reunir el primer día de tratamiento tardó dos días. Solo cumplió cinco días de tratamiento, el 1 de octubre 2de 200 tramitaron su traslado al hospital local. Allí no duró 24 horas, murió de un paro respiratorio. Producto del avanzado estado de su tuberculosis.
Los enfermos de tuberculosis solicitaron al gobierno local y al poder judicial les concediera una medida humanitaria para intentar recuperarse en su residencia junto a sus familiares. Nunca los escucharon. Juan Carlos García Pineda (39), C.I. 20047271; Euclides Jesús Gotera Herrera (33), C.I. 19261794; y José Saúl Cruz Parra (49) y Jesús David Martínez Castro, colombiano de 33 años, expresaron su deseo de no morir en prisión. El extranjero y García no lograron su objetivo, murieron en su celda entre agosto y septiembre de 2020.
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