Se registra un motín y dos privados de libertad mueren por causas no precisadas
Dos privados de libertad del Cicpc Subdelegación Barquisimeto, estado Lara, murieron tras registrarse un motín dentro del calabozo número uno. Según los registros del hospital central Antonio Maria Pineda, los reos fueron ingresados el jueves 31 de mayo de 2018 desmayados y extraoficialmente se conoció que las autoridades y médicos manejan como causa de muerte la intoxicación.
Néstor José Lara Luna de 48 años y Enderson José Yari Adán de 34 años fueron los privados de libertad que perdieron la vida. El primero ingresó al calabozo número uno el día 22 de marzo de 2018 por el delito de estafa y usurpación de funciones mientras que el segundo tenía antecedentes por droga del 2011 y el 4 de mayo de 2018 cayó por robo de vehículo en la comunidad de Asoprado, al oeste de la ciudad de Barquisimeto.
Una Ventana a la Libertad (UVL) logró saber que todavía no precisan la causa de la intoxicación, lo único que se supo es que en el calabozo número 1 se registró un motín causado los privados de libertad en protesta por la falta de traslados a los centros penitenciarios.
El alzamiento de los privados de libertad se produjo la mañana del jueves 31 de mayo de 2018. La primera acción de los presos en protesta fue no aceptar la comida de sus familiares, pues decían que estaban en huelga de hambre, exigiendo traslados. Durante esta revuelta, se hicieron heridas leves con armas blancas y debido a esto, los funcionarios del Cicpc que fungían en la custodia comenzaron a sacarlos de allí para que luego fueran atendidos por personal paramédico de Protección Civil y de Bomberos del municipio Iribarren.
A las 10:00 de la mañana, los funcionarios notaron que dos de los reos, que no estaban heridos se encontraban en el piso desmayados. De inmediato, los Cicpc levantaron a los presos y ambos fueron trasladados hasta el Hospital Central de Barquisimeto, así como a otros 42 presidiarios que se habían autoflajelado.
Estando en el centro de salud, los familiares denunciaron mala atención por parte de los trabajadores del Antonio Maria Pineda.
A los minutos de ser ingresados a la sala de Emergencia del hospital, Lara Luna y Yari Adán fueron declarado muertos.
Al día siguiente, viernes primero de junio, la hija mayor de Lara Luna estaba en la morgue del hospital retirando el cadáver de su padre. La muchacha, que es estudiante de enfermería, denunció las críticas condiciones en las que estaba apresado su progenitor y expresó que “nunca pensé ver mi sangre morir así”.
La mujer detalla que fue a llevarle comida a su papá el jueves a las 11:00 de la mañana y en la sede nadie le contó que Néstor no estaba allí, si no en el Hospital. Ella se fue para su casa, pero a las 5:00 de la tarde su madrastra le avisó que su padre estaba grave y necesitaba ayuda.
“Llegue aquí (Hospital) a las 5:00 de la tarde. Mi papá estaba desde las 11:00 de la mañana y solo le habían puesto un suero. Ya tenía las pupilas secas y paletas de madera metidas en la boca, como si hubiese convulsionado. No respondía a la luz ni a ningún estimulo, estaba intubado, pero yo se lo entregué a Dios porque ya no había nada qué hacer”, contó la joven entre lágrimas.
Cuando la estudiante de enfermería pudo preguntarle a un doctor el diagnóstico de su papá, le dijeron que estaba intoxicado, pero no sabían con qué. “En el Cicpc, en la tarde, las madres de otros reos me dijeron que mi papá estaba inconsciente desde la madrugada del jueves, tardaron mucho para trasladarlo”, denunció.
Néstor, al parecer, tenía muerte cerebral y falla de todas sus funciones físicas. A pesar de que cuando su hija llegó le colocaron otros sueros y varios medicamentos, murió a las 1:50 de la madrugada del viernes.
“Tenía 15 años sin ver a mi papá, pues él no vivía con nosotros al caer preso en el Cicpc. El jueves cuando lo vi había perdido unos 25 kilos, estaba demacrado”, detalló.
La dama explicó que su papá tenía varios días pidiendo salir de allí, “un traslado o algo”, pero no había cumplido los 45 días para su audiencia.
Néstor cayó por una estafa a un comerciante. Tenía un antecedente del año 2007 por el delito de hurto calificado. A pesar de haber delinquiendo en Lara, tenía su residencia en Chivacoa, estado Yaracuy.
El otro fallecido fue Yari Adán. Sus familiares no estaban en morgue la mañana del viernes primero de junio, por lo que se desconoce sobre la versión familiar.
Fuentes extraoficiales del Cicpc aseguran que no hay traslado desde febrero y que tampoco se les ha dado cupo para poder llevar a los detenidos a un penal.
Hasta ahora en el calabozo habían 80 detenidos y 44 resultaron lesionados.
Equipo UVL
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