
De los 190 detenidos que están recluidos actualmente en los calabozos de la Policía de Mariño, en el estado Nueva Esparta, 76 están padeciendo de algún grado de desnutrición, lo que representa 40% de la población, según informaron fuentes policiales este 8 de febrero de 2018.
Este padecimiento obedece a la crisis económica y social que enfrenta la población neoespartana, al igual que la del resto del país, aunada a los índices de escasez e inflación que han venido aumentando en la región, haciendo que cada día sea más difícil la adquisición de alimentos por parte de los familiares de los privados de libertad, quienes son los únicos que les suministran comida a los mismos en vista de que los cuerpos policiales no cuentan con los recursos para garantizarles ese derecho.
Mientras las autoridades del Ministerio del Servicio Penitenciario insisten en que la población recluida en los centros de detención preventiva no son su responsabilidad, y la Defensora del Pueblo insular asegura que en Nueva Esparta no han recibido reportes de desnutrición de estos recintos, este jueves uno de los presos de Mariño se descompensó por este motivo, hecho que se agravó porque en los hospitales de la región no tienen los insumos necesarios para atenderlos y esto obligó a los custodios a recorrer distintos recintos asistenciales sin éxito.
“Muchos de los que están aquí no tienen familia o sus seres cercanos son de escasos recursos y si no consiguen comida para sus casas y sus hijos menos tienen para traerles a ellos. Algunos privados solo reciben alimentos para comer una vez al día, otros para una vez a la semana y muchos de ellos ninguna, por lo que comen sobras de los otros cuando pueden”, contó un funcionario bajo anonimato.
Los familiares de los detenidos no saben con certeza el número de afectados ni pueden informar con exactitud la cantidad de kilos que han perdido en reclusión estas personas, pero calculan que mínimo han bajado 15 kilogramos.
La desnutrición que los afecta y la condición de hacinamiento en la que viven los hace más propensos a contraer enfermedades contagiosas. En este momento muchos tienen escabiosis y otras afectaciones de la piel, hay casos de tuberculosis y sífilis. Este lugar cuenta con un espacio de 5×4, para albergar máximo a 30 personas, pero ahora tiene a 190 privados expuestos a estas realidades.
Texto: Johanna Bozo, Foto: Sebastián Guido
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