Según un informe realizado por UVL, dos de estos internos padecían de tuberculosis y nunca fueron llevados a un centro hospitalario. La tercera víctima falleció al caer de un tercer piso de un centro de detención preventiva, ubicado en La Guaira
Nota de Prensa/UVL
(Caracas, 17-07-2020).- Según un Informe realizado por Una Ventana a la Libertad, solo en el mes de junio, tres privados de libertad, que se encontraban recluidos en centros de detención preventiva ubicados en el Distrito Capital y los estados Miranda y La Guaira, murieron por falta de atención médica adecuada.
De acuerdo al documento titulado “Boletín Informativo No. 1. Ventana de la Salud.”, uno de los reclusos padecía de tuberculosis y falleció de un paro cardio-respiratorio. Esta persona, además, sufría de epilepsia y crisis de asma bronquial. Se encontraba recluido en la sede de la Policía Municipal de Paz Castillo, en los Valles del Tuy, estado Miranda.
Otro privado de libertad falleció de tuberculosis. Estaba recluido en la subdelegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminológicas (CICPC) de El Llanito, en Caracas.
La tercera víctima murió de fractura craneal. Se trataba de una persona con dependencia a sustancias psicotrópicas y con problemas de alcoholismo. Cayó del tercer piso de la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas ubicada en el estado la Guaira.
De acuerdo a lo expresado por Carlos Nieto Palma, coordinador general de UVL, este último caso pone en evidencia que ninguno de los centros de detención preventiva cuentan con personal o protocolos de asistencia para privados de libertad que parezcan de adicciones o enfermedades mentales.
Brotes de tuberculosis, entre otras enfermedades
Gracias al monitoreo que viene realizando en los 57 centros de detención preventiva del Distrito Capital y los estados Miranda y La Guaira, UVL logró determinar que durante el mes de junio 2020 se agudizaron los brotes de tuberculosis, escabiosis y desnutrición en estos lugares, no aptos, por cierto, para mantener encerrados por tanto tiempo a hombres y mujeres que hayan cometido un delito.
El informe revela que persistieron las condiciones de insalubridad y escasez de agua potable, además que las autoridades no garantizan atención médica por tratarse de calabozos policiales donde no hay esta disponibilidad.
“Ante la falta de condiciones adecuadas de higiene se incrementaron las enfermedades infecciosas y contagiosas. Asimismo aumentaron los casos de escabiosis, parasitosis y enfermedades en la piel”, señala el documento.
Prohibido comer
Prácticamente en estos lugares está prohibido comer. De acuerdo a los registros de UVL, solo uno, de los 57 centros de detención preventiva de las zonas mencionadas, tiene comedor.
No obstante, dado el alto costo de la vida, la falta o valor del transporte público y las medidas de distanciamiento social generadas por la pandemia del coronavirus (COVID-19) los familiares de los privados de libertad no pueden llegar hasta estos lugares a llevarles porciones de alimentos o agua potable.
“UVL constató una evidente agudización en los niveles de desnutrición entre los privados de libertad de estos centros de detención preventiva y en todas las cárceles del país”, precisa el Boletín Informativo No. 1.
Agrega que la paralización de la justicia, debido a las medidas adoptadas por el Tribunal Supremo de Justicia, han agudizado el hacinamiento y todos los problemas que se derivan de esta situación.
UVL creó una herramienta de investigación, denominada “Semáforo de la Salud” a fin de determinar el tipo de gravedad que presenta cada caso.
En función de los hallazgos esta Asociación Civil hace nuevamente llamados para que las autoridades penitenciarias del país tomen los correctivos correspondientes y así evitar que más privados de libertad sigan muriendo de olvido y abandono.
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