*Tres de los decesos se registraron en apenas cuatro días.Una de las víctimas de tuberculosis pulmonar estaba privada de libertad desde el año 2016, tras el escándalo de Aeroméxico, por el decomiso de 600 Kg de droga y murió esperando el último procedimiento del juicio, en el que sus abogados esperaban que recobrara su libertad
Lidk Rodelo / UVL Miranda
Guatire.- Tres fallecimientos por tuberculosis, uno sin diagnóstico con síntomas asociados al COVID-19 y otro por dengue hemorrágico se registraron en los Internados Judiciales Rodeo II y Rodeo III entre el 21 de agosto y el 10 de septiembre. Además de los cuadros infecciosos, los cinco hombres presentaban avanzados estados de desnutrición, denunciaron sus familiares.
La situación mantiene en alerta a los familiares de los privados de libertad de este penal capitalino, quienes piden al Ministerio para el Servicio Penitenciario se les garantice atención integral de inmediato a los más de 1.000 reclusos que hacen vida en El Rodeo.
El caso más reciente se reportó el jueves 10 de septiembre en Rodeo III. Mauricio Xavier Medina Terán, de 28 años de edad murió por una neumonía ocasionada por una tuberculosis pulmonar que le afectaba desde hace menos de un año. Sus familiares informaron a Una Ventana a la Libertad que su condición respiratoria se complicó por el cuadro de desnutrición que presentaba.
“Desde que se suspendieron las visitas y prohibieron la paquetería por la pandemia, todos adelgazaron más. Ya estaban desnutridos y se pusieron peor. Allá les dan arroz solo y ni les ponen sal, y por eso se están muriendo”, recalcó una de las hermanas de Mauricio, quien llevaba casi tres años de prisión en El Rodeo, por los delitos de secuestro, robo agravado y asociación para delinquir.
El pasado domingo 6 de septiembre se registraron dos decesos también en Rodeo III. Deibys Alfonso Rondón Olivares de 23 años de edad, murió por un paro respiratorio ocasionado por una tuberculosis pulmonar y desnutrición severa, según se describe en su acta de defunción. “Su estado de desnutrición era severo y eso complicó su estado de salud. Él ya había tenido tuberculosis y se había recuperado, esta fue una recaída y no estaba recibiendo el tratamiento”, explicó la madre de Deibys a Una Ventana a la Libertad.
Ese mismo domingo, al final de la tarde, murió Benigno Ramón Mayora Báez de 53 años quien llevaba varias semanas con fiebre, tos seca y dificultad para respirar. Su esposa Liseth de Mayora, informó a Una Ventana a la Libertad que la enfermera que lo atendió le indicó que todo parecía indicar que se trataba de tuberculosis. Sin embargo, ella asegura que la tos era seca y no esputaba sangre.
“Él tenía síntomas de COVID-19, pero nunca le hicieron la prueba, ni siquiera le hicieron la prueba de tuberculosis. A las autoridades no les importa lo que pasa con ellos, no les dan medicamentos, no les hacen las pruebas. Les dan arroz solo sin sal. Uno les lleva sal o azúcar y nos devuelven todo. ¿Cómo un organismo puede vivir sin minerales?”, expresó entre lágrimas.
Benigno Mayora estaba privado de libertad desde mediados de 2016. Es oriundo del estado Vargas y estuvo implicado en el caso del decomiso de 600 kilogramos de droga en un avión de la línea aérea Aeroméxico. Murió esperando el último procedimiento del juicio, en el que sus abogados esperaban que recobrara la libertad. Pero el sistema judicial venezolano, que ya presentaba retrasos, está paralizado desde mediados de marzo, cuando llegó la pandemia.
Díaz atrás, el 26 de agosto se registró el fallecimiento de Indemar Andrés Torrealba Acosta, de 34 años de edad, en Rodeo III. Sus hermanas y su esposa informaron a Una Ventana a la Libertad que la causa de muerte fue un shock hipovolémico, causado por dengue hemorrágico. Indemar también estaba desnutrido.
“Él empezó a sentirse mal después de tomarse una pastilla que supuestamente era una vitamina que les dieron a todos. A partir de allí comenzaron sus mareos y malestares, hasta que cayó con el dengue. Justamente cuando le inyectaron un medicamento, comenzó a perder sangre en las heces hasta que murió. Allá adentro ellos están desprotegidos”, comentaron las tres mujeres, en medio del dolor.
Otra de las víctimas de tuberculosis pulmonar fue identificada como Douglas Rojas Segovia, de 34 años de edad. Estaba recluido en Rodeo II desde finales de 2013. Ya había cumplido el tiempo suficiente de su condena para solicitar un beneficio de medida sustitutiva de privación de libertad. El trámite estaba en proceso, pero la paralización del sistema judicial por la pandemia le negó la oportunidad.
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