*Manuel González está a punto de cumplir su condena en un Centro de Detención Preventiva
Rosanna Battistelli – UVL/Miranda
Manuel González tiene seis años preso en el Centro de Detención Preventiva (CDP) del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Ocumare del Tuy, estado Miranda. Aunque se supone que en este lugar los privados de libertad deben permanecer solo 48 horas, González es una muestra de que eso no se cumple. Además está a punto de finalizar su condena, es decir, que la medida del juez de trasladarlo a un penal también quedó plasmada solo en un papel.
González fue arrestado por porte ilícito de arma de fuego y tenencia de dos plantas de marihuana. Su madre, Leonor González, ha bregado desde que cayó tras las rejas para que la comida nunca le falta, y a pesar de que la crisis económica le da sacudidas, ella no desmaya y todos los días va con su vianda a la sede policial para dejarle aunque sea un pedazo de pan.
González reside en el sector 23 de Enero, en Ocumare del Tuy, municipio Lander. Afortunadamente la sede del Cicpc le queda cerca. Actualmente no está trabajando y se mantiene con lo que hace su esposo vendiendo café.
“Mi hijo debió ser enviado a una cárcel, pero todo indica que culminará su condena en el Centro de Detención Preventiva donde, en teoría, los presos deben pasar solo dos días hasta que el juez ordene su liberación o su privativa de libertad en la audiencia de presentación, a propósito de que estos lugares no cuentan con las condiciones mínimas para albergar a los detenidos”, destacó.
Manuel tiene complicaciones de salud. Según contó su madre presenta problemas de retención de líquido y nutrición. Su cuerpo luce delgado y sus huesos sobresalen en su pecho como muestra de la falta de nutrientes.
Cuando lo arrestaron tenía 24 años. Ese mismo día nació su hijo. Nunca ceduló, así que su partida de nacimiento es su única identificación. “Mi temor es que su salud se complique porque mientras están presos no hay garantía de salud; además, en medio de esta pandemia, las cosas se dificultan mucho más y quizás termine de cumplir su condena y tampoco salga rápido porque todo está paralizado”, señaló González preocupada a la UVL, con la esperanza de que los procesos judiciales se reactiven.
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