Angélica Lugo, UVL / Gran Caracas
En la Policía Municipal de Chacao (Polichacao), ubicada en el estado Miranda, los funcionarios encargados de la custodia y resguardo de la población penitenciaria hacen peripecias para garantizar el bienestar de los reclusos. Como en todos los calabozos policiales, hay presos con enfermedades en la piel. Pero en la actualidad hay cinco internos con cuadros que requieren atención especial.
Una fuente extraoficial explicó a Una Ventana a la Libertad que hay dos privados de libertad que tienen colostomía, pues antes de ser apresados fueron heridos. Uno con arma de fuego y uno con arma blanca. El caso más complicado es el de un interno que se hace llamar «pastelito», pues es gay y está en condiciones de calle. «Pastelito tiene más de 30 ingresos en Polichacao porque comete delitos menores y, cada vez que es presentado en tribunales, le otorgan la libertad. Sin embargo, este privado de libertad, además de tener una colostomía, tiene VIH», precisó un funcionario.
En este centro de detención preventiva también hay un preso que tiene tuberculosis extrapulmonar y, aunque los policías lo llevan de manera periódica a Salud Chacao, no descartan recibir ayuda de otras instituciones.
UVL confirmó que, entre la población penitenciaria hay otro interno que tiene episodios de convulsiones.
Presos dependen de colaboraciones para alimentarse
La mayoría de la población reclusa que está detenida en Polichacao depende de colaboraciones para alimentarse, pues a sus familiares se les hace difícil ir todos los días a llevarles comida.
Sin embargo, en Polichacao reciben colaboraciones de una iglesia evangélica y de otras organizaciones.
En la actualidad hay 55 presos en Polichacao, entre los cuales hay una mujer, un adolescente y cuatro funcionarios: dos son de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y dos de Polichacao.

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