“Imagínese pasar diciembre en la cárcel, hay algunos que cometen maldades de verdad y se lo merecen, pero hay otros que no”, señaló una mujer que no se identificó por miedo a represalias
Elvis Rivas
A las puertas del Circuito Judicial de Mérida ubicado en la avenida Las Américas de la capital andina, familiares de privados de libertad cuentan experiencias que tienen que ver con el padecimiento que representa estar preso. La mayoría prefiere no identificarse por miedo a represalias. Sin embargo, explican lo que aseguran, ocurre en el aparato del sistema judicial.
Aún cuando a mediados de 2021, por orden presidencial arrancó la Revolución del Sistema Judicial, con el el fin de acelerar los procesos para descongestionar los retenes policiales, los problemas aún siguen latentes. En Mérida, según las autoridades el hacinamiento disminuyó en un alto porcentaje. Las cifras de personas detenidas en los centros de detención preventiva de la policía estadal redujeron drásticamente. Sin embargo, los familiares de los detenidos cuentan que los problemas continúan.
Presuntas irregularidades en los procesos judiciales
Según allegados a los detenidos y privados de libertad, la situación de quienes deben enfrentar la justicia por algún delito cometido, sufren las consecuencias de un sistema judicial que aseguran, no funciona a cabalidad.
Las quejas son múltiples y algunas de ellas tienen que ver con la ejecución de los procesos judiciales de ley a los que son sometidos quienes se encuentran tras las rejas. “A la gente que ya cumplió condena los agarran y les dicen que tienen que cumplir otra vez condena, (…) y están pidiendo mucho dinero”, señaló una mujer a las afueras del Circuito Judicial. ” los paran y les piden dinero”, señalan algunos familiares.
Uno de los motivos de la Revolución del Sistema Judicial fue la celeridad en los procesos. Sin embargo, familiares denuncian que el desempeño de los funcionarios que llevan a cabo los procesos no es tan rápido. “Trabajan hasta las dos de la tarde y todas las audiencias y presos que hay” , señaló una de los familiares, haciendo referencia a la gran cantidad de audiencias pendientes. “Imagínese pasar aquí todo diciembre, hay gente que sí hace maldades de verdad y se lo merecen, pero hay otros que los agarran”, manifestó, con la preocupación de que se acerca el fin de año y eso representa una pausa en las actividades.
Familiares deben costear todo
Allegados a otros reclusos manifestaron que los retenes temporales de la policía y otros cuerpos de seguridad no cuentan con las instalaciones adecuadas para estadía de larga data. “Los familiares tienen que traer la comida, en los retenes no hay comida”, señalaron. Además de los alimentos, también deben costear lo referente a medicinas, artículos de aseo personal e insumos necesarios para el mantenimiento de los privados de libertad”.
Solicitaron a las autoridades nacionales que se ejecuten planes que garanticen los derechos humanos de los privados de libertad, así como celeridad en los procesos judiciales.
Dejar una contestacion