Madres de los privados de libertad que fueron trasladados desde el Penal de San Antonio a otros reclusorios en tierra firme a finales de 2016, se apostaron a las afueras del Palacio de Justicia en La Asunción, para protestar por el retardo procesal en el tribunal de Nueva Esparta, el cual trabaja solo en semanas flexibles.
“Tenemos años en esta lucha, muchos se han muerto de tuberculosis y de hambre. Mi hijo estaba en Cumaná y lo trasladaron a Barquisimeto, en vez de más cerca, más lejos. No llegue a visitarlo en más de un año por la situación y la pandemia, Ahora que está más lejos imagínese. Él está enfermo con úlceras”, dijo María Bello, familiar de un privado margariteño en tierra firme.
Reseñaron que los presos margariteños están en Bolívar, Barquisimeto, Maracay, Puerto la Cruz, Cumaná y Maturín.
“Necesitamos que nos tomen en cuenta en los tribunales. Les pedimos los cómputos, no nos los dan. Tampoco las redenciones, los antecedentes penales dicen que hay que esperarlos de Caracas, si ellos no se mueven en Caracas como hacemos. Tampoco nos dejan ir a buscar los antecedentes en Caracas. Necesitamos que nos ayuden”, reseñó Bello.
Por su parte, Yajaira González, dijo que hace seis años llevaron a su hijo a Puente Ayala como a muchas madres margariteñas. “Estamos aquí pasando la crisis que ataca nuestro país, se nos hace difícil ir a llevarles un poquito de comida. No tenemos cómo pagar los pasajes de ferry ida y vuelta. Llevamos unas sardinas y es poco. Nuestros hijos están desnutridos”.
Comentó que fue a la dirección de la cárcel de Puente Ayala para solicitar la redención de su hijo, pero le piden un oficio del Palacio de Justicia de Nueva Esparta que nunca llegó. “No es justo que los empleados del palacio de justicia no lo envíen, ellos tienen la manera, ya sea por fax o correo. Si trabajaran no estaríamos aquí todo el día molestándolos a ellos. La libertad de mi hijo está pasado y muchos muchachos también”.
Las familiares de los presos aseguraron que los trabajadores del tribunal insular solo entorpecen el trabajo judicial, en vez de agilizarlo.
En enero de 2016 los privados de libertad recluidos en el penal de San Antonio fueron trasladados a varios penales en tierra, debido a un motín por la muerte del pran Teófilo Rodríguez “El Conejo” donde los presos armados dispararon al aire sobre el techo del penal. Esta situación hizo que esta cárcel fuera clausurada.
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