
Para lograr comer más de una vez al día, los detenidos de los CDP se organizaron en grupos para preparar sus comidas, aunque no tienen una alimentación balanceada, comen mucho mejor que cuando inició la pandemia y sus familiares no llegaban con la comida preparada
Irene Revilla. UVL Estado Falcón
Coro. La pandemia por la Covid-19, hizo que muchos venezolanos se reinventaran, incluso los que están detenidos en los Centros de Detención Preventiva del estado Falcón, al occidente de Venezuela, quienes día a día deben buscar alternativas que les ayude a subsistir, pese al haciamiento, el retardo procesal y los problemas que presenta cada lugar.
Con la llegada de la cuarentena, a los familiares de los detenidos en los CDP de Falcón, se les comenzó a hacer difícil llevarles las tres comidas todos los días, esto debido al horario que la reciben, que en la mayoría de los casos es hasta las 2:00pm; la falta de transporte público y las restricciones por salud. Ante esto, las familias se vieron obligados a buscar alternativas para seguir alimentandolos, sobre todo aquellos privados de libertad que están lejos de sus hogares.
Las familias comenzaron a pagar en los CDP para que les dejaran pasar cocinas eléctricas para que estos pudieran cocinar; de esta manera se fueron formando grupos de cuatro hasta 10 personas para preparar los alimentos todos los días y así poder alimentarse al menos dos veces al día. «Mi hijo fue uno de los primeros a los que les pasamos la cocina. Ellas no sirven para hacer cosas que tardan mucho, y también se dañan con facilidad con las fallas diarias de luz. Hay días que no comen porque se va la luz todo el día, cuando pasa eso tratamos de traerle algo, así sea en cola», dijo Marisabel Balbuena, madre de un privado de libertad en la Sala de Detención Preventiva de la Policía de Falcón en Punto Fijo.
También el grupo reúne paquetería que les pasan sus familiares, como comida seca, huevos, mortadela y enlatados; aunque han recibido carnes, las familias se las llevan hechas y en potecitos, muchas veces congelada para que dure unas horas más. «Es como vivir sin nevera, yo trato de venir cada dos o tres días, pero hay madres que no pueden porque viven lejos o no tienen plata, pero ellos siempre comparten, por eso nadie se ha muerto de hambre, gracias a Dios», dijo Balbuena.
La situación se repite en la Policía de Carirubana donde los uniformados contabilizan al menos siete cocinas eléctricas de una hornilla, confirmaron a Una Ventana a la Libertad. «Uno los deja pasar porque prefiero que cocinen y se entretengan a que se vayan a morir de hambre porque las familias no les traen comida. Hasta ahora no han peleado, lo más que pueda pasar es que se vaya la luz todo el día y no puedan cocinar. Ese día se ven más viandas de la familia», dijo un policía que prefirió no identificarse.
Por su parte, un detenido en la Policía Nacional Bolivariana, ubicada en Tocuyo de la Costa, dijo a Una Ventana a la Libertad, que en el lugar hay 70 detenidos y tuvieron que reinventarse porque la mayoría son habitantes de Coro y Punto Fijo, ciudades al otro extremo del estado Falcón. «Empezamos a pedir que nos pasaran las cocinas y nos organizamos en grupos. La idea es que nadie se muera de hambre, estamos claros que sí se enferma uno, nos enfermamos todos porque estamos como sardinas en lata. Afortunadamente, esto nos ha funcionado y al menos comemos, aunque sea una vez al día», dijo el detenido.
Resaltó que en la comunidad hay una bodega que les hace delivery de los productos, sus familias pagan a través de Pago Móvil y estos, les llevan los productos hasta la puerta del recinto con el nombre del detenido. «Esto nos ha salvado, indudablemente; no deberíamos estar así, pero al menos comemos. Yo no veo a mi familia desde noviembre, pero me mandan para poder comer. También las veces que han venido, traen comida hecha y es el momento en que como lo mejor».
También detalló que cuando los funcionarios están completos, los sacan en grupos a la parte trasera del recinto donde hacen un fogón para cocinar. «En el patio cocinamos, compramos algo mejor y comemos bien porque ya se hace en leña. Eso lo hacen cuando están todos los funcionarios, que no hay traslados y eso y la comida hecha se comparte, cada quien pone algo, aunque siempre hay alguien que no tiene. Aquí nos está matando es el hacinamiento y el retardo procesal, no vemos mejora pese a que hubo un plan cayapa», expresó el joven padre detenido por robo.
Alimentos que pueden mejorar su condición física
Según la especialista Adriana Otero, Nutricionista-Dietista, es necesario tener una dieta balanceada y recibir al menos las tres comidas del día, sin embargo cree satisfactorio que estén cocinando en grupos para evitar que alguno quede sin comer.
«Los grupos que forman es la mejor opción, para que sus familiares vayan al menos de manera interdiario. Como Nutricionista creo que lo ideal es garantizarle a todos ellos una alimentación balanceada, y para esto deben ofrecerles alimentos de los tres grupos básicos, considerando qué hay algunos que requiere conservación en refrigeración. sino, para que puedan sobrevivir y resguardarle su alimentación, deben hacer cómo los países que están en guerras. Llevarles conservas, enlatados y agua; además de darles suplementos alimenticios para que ayuden a completar esa dieta».
Reconoce el alto costo de la canasta básica y lo cuesta arriba que debe ser para un familiar de un detenido, sin embargo hay opciones que pueden ayudar, como llevarles alimentos preparados el día que los visiten para que tengan un plato completo ese día. También agregar plátanos verdes que se vayan madurando en el lugar, papas, zanahorias, remolachas, aguacates, naranja, mandarinas y limón para que los usen en los días que cocinan.
Una política injusta
El abogado penalista, Harold Guerrero, refiere que esto no debería existir, ya que en los CDP no deberían permanecer más de 48 horas y luego, ser trasladados a alguna cárcel del país en caso de que se le acuse de algún delito.
«El Estado venezolano es el responsable de la alimentación de esos privados de libertad y esto solo se cumple en las cárceles y en algunos casos hay cobros de vacunas por parte de los pranes que son los encargados de la alimentación de los detenidos. En el caso de los CDP, donde hay una gran cantidad de privados de libertad y muchos de ellos ilegítimamente, es por ello que el gobierno nacional ha intentado hacer una serie de jornadas, plan cayapa para verificar la situación de los privados de libertad; el detalle es que sacan cinco y entran diez», dijo.
Para Guerrero la solución es acabar con el retardo procesal para cumplir con la norma venezolana que establece lapsos para que se hagan las audiencias y se determine el delito. Ejemplo de este grave problema es la grave crisis de los CDP que tienen altos porcentajes de hacinamiento.
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