
Del 28 de junio al 9 de julio, la comisión Especial para la Revolución Judicial en Aragua, atendió a 639 privados de libertad, celebró 439 audiencias y otorgó 128 libertades plenas, entre ellas las de dos jóvenes que reincidieron y están detenidos nuevamente.
UVL Aragua
Maracay. La comisión especial para la revolución judicial, es una instancia creada con el propósito de frenar el hacinamiento y al retardo procesal en los centros de detención preventiva. Y ciertamente, durante el lapso de 60 días con el que contaba para la depuración de los recintos policiales convertidos en pequeñas cárceles, se concedieron algunos beneficios, entre ellos, varias libertades plenas.
Uno de los beneficiados fue un Joven esquizofrénico que permaneció detenido desde el año 2018. Estaba señalado de agredir a su padre y de lanzarle aceite caliente. Fue recluido en varios centros de detención preventiva como el CICPC y en el comando policial de El Limón, en Aragua. Durante casi tres años, hubo infinidad de retrasos en las audiencias y nunca se llevó a cabo un examen médico psiquiátrico que convalidara su condición mental.
Este joven, cuyo nombre se omite a solicitud de sus familiares, fue uno de los primeros reclusos en recibir beneficios. El 2 de agosto le fue otorgado arresto domiciliario. “Nunca ha contado con un tratamiento psiquiátrico y farmacológico y mucho menos mientras estuvo detenido”, cuenta un familiar cercano. Sin embargo, entre las condiciones para otorgarle casa por cárcel, estaba la de ordenar la realización de los exámenes médicos que convalidaran su condición.
Lamentablemente, mientras su familia intentaba buscar los recursos, el joven protagonizó otro incidente en el que su madre y una vecina resultaron lesionadas. Diez días después de su libertad condicional, fue llevado nuevamente a los calabozos del comando policial de Santa Cruz de Aragua.“Como este caso hay cientos. El sistema penitenciario no cuenta con una política de atención integral a los reclusos, particularmente para quienes padecen alguna enfermedad. Su lugar es un centro de atención de salud mental, no una cárcel”, comenta la abogada Emilia Alvarado.
De acuerdo a las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas por el Consejo Económico y Social en sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977. “todo establecimiento penitenciario dispondrá por lo menos de los servicios de un médico calificado que deberá poseer algunos conocimientos psiquiátricos”.
También se establece que “Los reclusos que sufran otras enfermedades o anormalidades mentales deberán ser observados y tratados en instituciones especializadas dirigidas por médicos. Durante su permanencia en la prisión, dichos reclusos estarán bajo la vigilancia especial de un médico. El servicio médico o psiquiátrico de los establecimientos penitenciarios deberá asegurar el tratamiento psiquiátrico de todos los demás reclusos que necesiten dicho tratamiento.”.
Otro de los reclusos beneficiados con la labor de la comisión en Aragua, fue Eduardo José Castellanos García, de 22 años y detenido por robo desde el 2019 en una comisaria en El Limón. Fue uno de los primeros en salir en libertad- narra una fuente policial- pero a los dos días de estar en la calle, fue detenido por participar en un atraco a un comerciante de Maracay.
Para algunos funcionarios policiales, el descongestionamiento de los calabozos de los Centros de Detención Preventiva, ha sido evidente, no solo por el otorgamiento de libertades, sino también por el traslado a centros penitenciarios.
“Lamentablemente, no existen en el país políticas públicas para la reinserción social de un recluso”, señala la abogada Alvarado. Con ella coinciden funcionarios policiales, quienes además creen que los comandos policiales, se llenarán de nuevo.
La mayoría de estos sujetos- explica un funcionario- han perdido el apoyo y la ayuda de sus familias y cuando salen, no encuentran qué hacer. Aquellos que fueron detenidos sin grandes prontuarios policiales, salen peor de como entraron.
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