La vida de los presos se detiene cuando hay apagón en Nueva Esparta

Equipo UVL Nueva Esparta

La luz se va y la vida se apaga… Simplemente, la actividad se detiene una vez que se registra un corte en el suministro de energía eléctrica en el Centro de Detención Preventiva de PoliMariño, en Porlamar, municipio Mariño del estado Nueva Esparta. No hay derecho a caminar ni siquiera ni a ir al baño cuando hay un apagón. Los privados de libertad deben quedarse casi inmóviles mientras hay oscuridad, pues cualquier paso en falso puede ser tomado como una agresión al pran y su equipo.

Esta situación de vulnerabilidad crea mucha tensión entre los reos, quienes están atentos de ver entre las sombras todo lo que está pasando. “Nos quedamos quietos en un solo sitio mientras no hay luz, sobre todo si es de noche porque no puedes ver absolutamente nada. Ya todos sabemos que tenemos que hacer. Como no podemos ver bien, todos nos quedamos en el lugar donde nos agarre el apagón, si nos estamos moviendo pueden pensar que quieren matar al pran y hacer un cambio de gobierno”, dijo un privado de libertad que prefirió no revelar su identidad. “Es que el líder y su círculo cercano han tomado esta medida de seguridad para evitar que se forme una reyerta y atenten contra ellos, y que alguno de sus adversarios aproveche la oscuridad para apuñalarlo”.

 Cada vez que se registra una falla en el suministro eléctrico la tensión se dispara y el miedo se mezcla en el denso aire caliente que se respira en este calabozo. “Si tenemos ganas de cagar o mear nos tenemos que aguantar, no podemos ir porque también nos pueden joder. Vi como atropellaron a otro por no aguantar las ganas de ir al baño en un apagón. Un grupo grande mandado por el pran le cayeron a golpes, lo reventaron todito”.

 Este CDP cuenta con dos ventiladores de gran tamaño para que haya mejor ventilación y el fuerte calor se apacigüe, pero cuando no hay energía eléctrica salen de servicio provocando que la temperatura se incremente adentro.

 “Nos ahogamos del calor cuando se va la luz porque los ventiladores se apagan y somos casi 200 personas dentro del calabozo. No podemos ni ir a tomar agua. La vida se paraliza, es muy duro, casi una tortura”.


Privados de libertad cocinan con dos pequeñas hornillas eléctricas.

Pasan hambre pareja

La población carcelaria de PoliMariño luce mal nutrida, debido a la fuerte crisis económica que atraviesa el país,  lo que imposibilita que muchos de sus familiares les puedan llevar un pan, y a eso se le suma la falta de energía eléctrica para cocinar algo.

 En este CDP hay dos hornillas eléctricas, medio improvisadas, en las cuales los reos tienen la posibilidad de preparar sus alimentos.  “La Alcaldía ahora que es chavista nos apoya con algunas cajas CLAP, esa vaina lo que trae es lentejas y arroz picao, pero nos saben a gloria. Las hornillas no tienen mucha potencia y para ablandar esas pepas es un rollo. Cuando se va la luz, que últimamente puede ser por tres o cuatro horas, pasamos hambre pareja, porque además de la lentitud de la cocina hay que sumarle las horas sin electricidad”.

 Los reos explicaron que luego de un apagón pueden comer más pronto, aquellos a quienes sus familiares le llevan una vianda a diario. “Igual tienen que esperar que llegue la luz para comer, porque ningún policía se va a acercar al calabozo mientras no haya luz, ellos no son pendejos, saben que los pueden chucear”.

 Los celadores se mantienen lejos del calabozo del CDP de PoliMariño cuando hay fallas eléctricas, sobre todo por medidas de seguridad ya que en estas contingencias pueden ser tomados como rehenes, los pueden herir o hasta matar.

 Aunque los apagones están a la orden del día en Nueva Esparta, no han sido tan prolongados como en Tierra Firme debido a que en la entidad se genera el 60% de la demanda de energía. Esto no parece un impedimento para que las audiencias de los privados de libertad sean diferidas constantemente en los tribunales con la  excusa de los apagones.


Con poca agua los presos se las arreglan para cocinar, mantener su higiene y hasta lavar la ropa.

  Sin agua

 La región insular es una zona que históricamente ha padecido de problemas con el suministro de agua, por lo que los margariteños son diestros en el almacenamiento y uso del vital líquido. El CDP de PoliMariño no es la excepción, los reos se organizan para comprar camiones cisterna cuando el ciclo del agua está retrasado, además tienen grandes pipas (tambores o depósitos) que usan inteligentemente para no gastar demasiado.

“El pran nos piden mil bolívares a cada preso y se compra un camión cisterna, el que no pone lo atropellan. Con eso se cocina y se limpia el calabozo en eso si hay buena organización. El agua que tomamos nos la trae nuestra familia, pero hay gente que no tiene familia aquí y pues tiene que tomar agua de la pipa, no hay de otra”.

 Los 170 privados de libertad que están dentro del CDP de PoliMariño se sienten como en el infierno, pero definitivamente la hoguera arde mucho más cuando están en la oscuridad.

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