La mujer victimaria se incorpora violentamente en el mundo delictivo zuliano

Equipo UVL Zulia

Con amenazas e intimidación, la banda del “Satanás” ganó terreno en el Sur del Lago de Maracaibo. Buscaban dólares a través de la extorsión a comerciantes en el casco central de Santa Bárbara de Zulia. Lo lograron, el terror entre las víctimas forzó una investigación policial. Dos mujeres lideraban la banda, solo una escapó, la otra está tras las rejas, confesó su delito y el caso quedó como evidencia de la incorporación de la mujer victimaria en el mundo del crimen organizado en Zulia.

El caso del “Satanás” para los investigadores policiales es atípico. Para el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) es la primera evidencia de cómo ha habido un desplazamiento en el protagonismo tradicional del hombre en el cometimiento del delito, en la organización de bandas y grupos estructurados de delincuencia organizada.

“La mujer dejó de ser un elemento secundario en el ámbito delictivo. Dejó de ser la novia, la amante, la esposa, la confidente de los miembros de las bandas, la que hacía tareas menores. Hoy en día, las mujeres se han incorporado también en la delincuencia y ha habido un desplazamiento hacia una mayor participación”, enfatizó Jorge Govea, coordinador en Zulia del OVV.

La OVV desarrolló, en 2022,  una investigación en 15 estados de Venezuela. Govea adelantó que los resultados demuestran que anteriormente, en las estadísticas del cometimiento del delito la relación era de cada 100 delitos cometidos, 80 se le atribuían a hombres y 20 a mujeres, eso varía de región. “Antes cometían delitos no letales, no violentos, de astucias, pequeños hurtos, algunas estafas, tráfico de droga. Eso cambió y asumió mayor uso de la violencia. Se le involucra en trata de blancas, extorsión, explotación sexual y hasta asesinatos”.

 El comisionado Jorge Sará, director de la Policía Municipal del San Francisco, explica que en su localidad no se han presentado bandas lideradas por mujeres. Pero son una figura clave para las organizaciones.”Participan de forma activa en la logística, la movilización de los miembros y las armas, encubrimiento de los delincuentes. Se encargan de cobrar las vacunas, sirven para captar a las víctimas y buscar información sobre familias o comerciantes”.

En el penal

La evidencia de su paso por los grupos organizados queda asentado en el incremento de la población femenina en los Centro de Detención Preventiva. La extorsión y la explotación sexual se convierten en sus principales delitos. De acuerdo a la investigación minuciosa de Una Ventana a la Libertad en 30 calabozos policiales zulianos, la población femenina, en los últimos cinco años, se ha mantenido en unas 290 detenidas. Pero ha crecido en el Centro de Formación Femenina Ana María Campos I y II, únicas cárceles para mujeres en la región, donde la población pasó de 80 a unas 200 mujeres.

A través del uso de la fuerza y las armas, la mujer sale del anonimato para liderar en el crimen. Tras la captura y su incorporación en la cotidianidad de los centros de detención preventiva, busca visibilizarse y dominar espacios para el mejoramiento de condiciones o para obtener ilícitamente dinero o beneficios.

Con videos y fotografías, tres privadas de libertad del Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas de San Carlos del Zulia, municipio Colón, buscaron visibilizarse en una protesta que inició, el 18 de mayo de 2022, la población masculina por atención médica, dotación de alimentos y celeridad del proceso judicial. Ellas se cosieron la boca, mientras los hombres se mantenían en huelga de hambre. La figura de líder de pabellón solo se presenta en los centros de detención con un número elevado de detenidas, como en el retén de Santa Bárbara de Zulia y el calabozo femenino del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), en Altos de Sol Amada de Maracaibo. En la primera, la población ronda las 75 privadas de libertad y en la segunda las 45. Todas en espacios pequeños, con deficiencias de servicios públicos y sin actividades para disminuir el ocio. Entre ellas predomina el cobro del “obligaíto” y la sumisión a quienes tienen más tiempo o son más violentas

Loading

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*