La navidad es una época del año en la cual la melancolía invade a los privados de libertad en los Centros de Detención Preventiva (CDP) del estado Nueva Esparta. Las celebraciones familiares y la alegría se desdibujan en sus mentes, mientras se enfrentan a la realidad de un calabozo maltrecho, donde comparten espacio con tantos compañeros que apenas se pueden mover y donde los olores son desagradables.
En la isla de Margarita, existen fundaciones e iglesias que aprovechan esta época del año para llevar un poco de alegría a los reos. Este grupo de personas se organizan y llevan platos típicos de la temporada decembrina, o tal vez, le llevan comida para que tengan que preparar durante esos días.
Tal es el caso de la Fundación Hijos del Pueblo, la cual nació en la Universidad de Oriente, y que se ha dedicado a atender a los privados de libertad. Su presidenta, Lisglory Campero explicó que esto nació luego de que uno de sus hermanos quedara detenido, y al visitarlo le hizo ver que los privados de libertad también son seres humanos.
“Nuestro trabajo a favor de los privados de libertad nos permite ayudar con un granito de amor a personas que independientemente del motivo de su detención han quedado vulnerables, son personas que han sido separadas de su entorno habitual y a las que ya no se les permite decidir sobre su propia vida. En la mayoría de los casos sus familias son las que deben costear los gastos de los privados, siendo la situación país un factor determinante para el convivir del ciudadano y que en la mayoría de los casos no cuentan con los recursos necesarios para ayudarlos al final, los que más sufren son los familiares quienes a veces no cuentan con los recursos económicos para costear tales gastos ni siquiera los más básicos que son alimenticios”, dijo Campero.
Este año la Fundación Hijos del Pueblo se adelantó a la navidad y entregó alimentos a los reos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) de Porlamar. Los cuales fueron suministrados en los tres calabozos, dos de hombres y uno de mujeres.
Campero detalló que varias personas dentro de la fundación han tenido experiencias con familiares detenidos, por lo que conocen en carne propia este proceso y sobre todo lo que se siente pasar separados la navidad.
“Yo conozco en carne viva lo que es pasar una navidad o fin de año presa. Pensar en lo que hace la familia, la comida, la música, pero tú estás encerrada. Esas noches lloré mucho, me sentía muy afligida y triste. Por eso, valoro a estas fundaciones que nos toman en cuenta en estas épocas tan sensibles”, dijo Maryuly Rodríguez, quien estuvo privada en el CDP de Los Robles.
Sin perder la capacidad de asombro
Dayana Sorrentino, directora de la Fundación Árbol de Vida, detalló que cada año van a los calabozos más vulnerables, sobre todo porque en navidad los presos se sienten más abandonados.
“Ellos sienten que están aislados de la sociedad. Nosotros en las navidades tratamos de llevarles alegría, tenemos un programa que se llama “Navidades alegres” y tiene dos formas de trabajo: recoger juguetes para niños y cenas para privados de libertad”.
Sorrentino dijo que el amor al prójimo motiva miembros de la Fundación Árbol de Vida, a desarrollar estos proyectos, sobre todo en un país donde la juventud no tiene posibilidades y que esta situación los impulsa a delinquir.
Asimismo, acotó que muchas de las actividades que realizan las hacen de manera privada por solicitud de las autoridades que manejan los CDP.
“La idea es llevarles un poco de amor y sensibilizarlos. A veces ellos escuchan más a un tercero que a sus familiares. Ese tercero, en ese caso nosotros, puede encaminarlos a tomar la vida”.
Esta fundación le lleva a los privados sus hallacas, pan de jamón, ensalada de gallina, todo caliente para que sientan que están siendo atendidos.
“Ellos cuando ven la comida y las atenciones que le damos se quedan sorprendidos. Ellos no esperan nunca que sean tomados en cuenta, aunque tienen mucho tiempo de condena, no pierden la capacidad de asombro, de que alguien tenga un gesto de cariño, de amor sin condiciones. Ellos son víctimas de etiquetas, pero ante todo son seres humanos”.
La Fundación Granitos de Amor y Esperanza también por llevar alegrías a los reos dentro de los Centros de Detención Preventiva (CDP) de Nueva Esparta durante las navidades. Nerbict Castillo, presidente de esta organización, señaló que para quienes pertenecen a la organización se sienten privilegiados al obrar por los privados de libertad.
“Cumplimos con una de las obras de misericordia que es visitar a los presos, sentimos la alegría de parte de ellos en cada centro que nos abren las puertas. Siento que los CDP son sitios olvidados que muchas veces no son tomados en cuenta, que Granitos los visite es una dicha”.
Comentó que cada año visitan al menos un centro y la dinámica es visitarlos, compartir la palabra de Dios, llevan un plato navideño y tratan de llevarles algún detalle.
“Cuando visitamos el CDP de Los Robles, que es exclusivo de mujeres, las chicas se muestran muy agradecidas por el gesto que tenemos hacia ellas”.
Castillo comenta que realizar estos agasajos navideños no es tarea fácil, ya que deben buscar personas que contribuyan con alimentos para la realización de las hallacas, ensalada o pan de jamón.
“Gracias a Dios siempre hay personas que están dispuestas a colaborar y que aunque van dirigidas a presos, están consciente que detrás de un delito hay un ser humano que sufre y padece, y que en la mayoría de los casos busca enmendar su vida”, puntualizó.
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