Falta de agua en calabozos de Anzoátegui aumentan enfermedades en la piel

Giovanna Pellicani / UVL Anzoátegui

Pieles sudorosas con prendas de vestir húmedas y  poco aseo personal describen el hedor nauseabundo que se respira a metros de los calabozos de las policías municipales y regionales, además del Cicpc en el estado Anzoátegui. Y es que son más de mil privados los que mantienen el colapso en las celdas de Polisotillo, Polibolívar, Poliguanta, Polianzoátegui y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de la subdelegación de Barcelona, quienes han comenzado a dormir parados por falta de espacio y  donde además tienen poca disponibilidad de agua potable.

Se nota en la piel de estos hombres la falta de aseo y agentes contaminantes a los que están expuestos a diario, pues comparten las secreciones sudorosas que destilan debido a la falta de ventilación.

Restricciones

En la subdelegación del Cicpc, en Barcelona, los parientes de estos privados sólo pueden pasar cinco minutos por día a ver a los detenidos para hacerles entrega de alimentos y agua.  Sin embargo, en las últimas dos semanas el líquido potabilizado  debe quedar en la entrada para ser suministrados por los custodios que entregan raciones reducidas dos veces al día.

Luz Camacho es madre de Esteban Bolívar, quien se encuentra en el cuerpo detectivesco hace seis meses donde está siendo procesado por hurto. Desde entonces su progenitora cuenta  el calvario que ha tenido que padecer: “Mi hijo tiene los brazos llenos de ronchas, el cuello irritado a tal punto que ha sangrado y posee hongos en las entrepiernas. Me dice que debe dormir parado apoyando su espalda con la espalda de otro compañero de celda porque no hay espacio ni para sentarse”, dijo la mujer de 62 años.

Ella recordó que hace dos semanas llevó una crema para la piel a su primogénito pero se la quitaron para entregarla a otro privado, de quien se desconoce la identidad.


Calabozos de policías municipales son comparados con saunas por el intenso calor que arropa a quienes están en su interior donde sólo cuentan con luz natural y agua racionada

Una vez por día

En éstos calabozos han pasado hasta dos semanas sin agua potable y el uso del baño ha sido reducido a una sola vez por día, lo que también comienza a afectar a los privados que han presentado infecciones urinarias. Allí tienen capacidad para albergar a 20 hombres y en la actualidad hacen vida 110 detenidos. Son pocos los que quieren denunciar el hecho por  el temor de recibir represalias o ser castigados por sus compañeros de celda, quienes supuestamente lideran dichos espacios y han creado reglas internas de confidencialidad.

La misma situación se repite en los calabozos de Polisotillo; con capacidad para 50 hombres y donde actualmente están 310, mientras que en Polibolívar cuentan con un espacio para 30 hombres y son 260 los que están en su interior.

En la policía municipal de Guanta se encuentran 98 detenidos cuando sus espacios sólo tienen capacidad para 16, esto sin contar con los 292 hombres que están en las celdas de Polianzoátegui ubicadas en la comandancia general de Lechería.

Penurias

Desde que iniciaron los apagones y cortes eléctricos en el estado Anzoátegui  fue reducida y racionada la cantidad de agua potable con la que cuentan para tomar y para su aseo personal.

Silvana Maita visita a diario los calabozos de Polisotillo. Cuenta que pese a que a pocos metros del lugar se encuentra un llenadero de camiones cisternas, los privados no tienen disponibilidad de agua para hacerse su aseo personal. Ross Suárez, asegura que han tenido que llenar recipientes y llevarlo a sus parientes para que se bañen, al menos, una vez por semana.

Son 1.070 privados los que pernoctan en las mismas condiciones en los recintos policiales de Barcelona, Puerto La Cruz, Guanta y Urbaneja, donde según fuentes policiales más del 65% de los privados padecen de enfermedades infecciosas en la piel, pero no reciben tratamientos, no mejora la distribución del agua potable y tampoco son trasladados a centros asistenciales para tratar sus afecciones por falta de unidades para este procedimiento.

Luz artificial

En un sondeo realizado en los cuerpos policiales de la zona norte del estado Anzoátegui se pudo constatar que el servicio eléctrico no ha resultado una incomodidad para la mayoría de los privados, quienes sólo cuentan con luz artificial, por representar un peligro y restricción el uso de ventiladores en el interior.

Sin embargo, los apagones han repercutido en el goce y disponibilidad de agua potable, pues pocos son los que cuentan con tanques para la distribución y sistema de bombeo interno que les permita gozar constantemente de un aseo personal  en las áreas donde se encuentran.

Familiares y allegados de los privados exigen la distribución, una vez por semana, del agua potable a través de camiones cisternas que permitan garantizar el uso del líquido a diario.

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