Muere privado de libertad de Fénix por la cual la CIDH el 28 de enero pidió al Estado venezolano garantizar la protección a sus derechos a la vida, integridad personal y salud. El hombre de 68 años murió siendo recluso en una cárcel para penados sin ni siquiera tener convocatoria a juicio
“Lo mataron en el penal siendo inocente. Él estando en la camilla del hospital pidió que no lo devolvieran a Fénix porque sabía el infierno al que volvería. Pidió mucho no volver a esa cárcel, pero ya murió y no volverá…en esa cárcel lo mataron. Ojalá Dios tenga misericordia con todos los que lo hicieron sufrir y quienes los maltrataron”.
Expresando con dolor lo que sentía, bañada en lágrimas, incrédula por el fallecimiento de su padre y pidiendo justicia se encontraba Norka Hernández en la morgue del hospital central Antonio María Pineda de Barquisimeto, horas después de que su progenitor José Humberto Hernández Rodríguez, falleciera este 23 de marzo de 2021 a causa de tuberculosis, enfermedad que se ha convertido en la pena más mortal que tienen los presos en Lara.
Este hombre de 68 años tenía una medida cautelar a su favor desde el 28 de enero luego de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exhortara al Estado venezolano a que adoptara “medidas necesarias para proteger los derechos a la vida, integridad personal y salud de este privado de libertad”, acción que nunca se ejecutó.
“Tanta lucha para que a mi papá le otorgaran la medida humanitaria. Tanta lucha para que lo trasladaran a un hospital. Tanta lucha para limpiar su nombre, porque nunca ha sido culpable de nada, pero la maldad venció. Mi papá murió luego de luchar tanto y por culpa de la maldad. Esto es injusto. Nunca le respetaron sus derechos humanos” expresaba Norka cuando resumía en pocas palabras la cantidad de acciones que ella, sus hermanos, nietos, tías, amigos y conocidos de José Humberto emprendieron para lograr su libertad y dejar claro que era inocente.
Desde hace aproximadamente dos años, la salud de José Humberto se complicó, pero detalla Norka que desde mediados del año 2020 la situación se agravó más pues el privado de libertad sufría de crecimiento prostático en tercer grado, hipertensión, aorta calcificada, una hernia inguinal, neumonía con derrame pleural y tuberculosis, esta última enfermedad que nunca pudo ser confirmada pues para realizarle los exámenes que ameritaba, la hija nunca logró las órdenes de traslado para sus chequeos médicos y tampoco pudo reunir la cantidad de dólares que costaba el estudio pues en el sistema público de Lara no hay equipos para realizar esos análisis.
“Mi papá murió cadavérico. Las inyecciones que le aplicaban en la emergencia del hospital le dolían. Cuando se alimentaba, decía que le molestaba tragar; uno veía su cuerpo y se le notaban los huesos de lo flaco que estaba. Mi papá no era el mismo que se veía en fotos. Creo que pesaba menos de 50 kilos. Sufrió mucho por algo de lo cual no era culpable” relataba también con dolor una hermana de crianza de Norka y que también consideraba a José Humberto como su padre.
El 9 de febrero de 2021, Mirelys Contreras, Ministra para Asuntos Penitenciario, visitó la cárcel Fénix junto Luis Ramón Díaz, presidente del Circuito Judicial Penal de Lara y en una rueda de prensa ofrecido una periodista les consultó a Los familiares relataron que el sábado 20 de marzo de 2021 fue que lograron obtener el traslado del señor desde Fénix hasta el Antonio María Pineda, pero en realidad querían llevarlo hasta el hospital Luis Gómez López donde existe una unidad de neumonología y atención especializada para tuberculosos.
La insistencia de Norka, fue la que obligó a los funcionarios de Custodia del Ministerio que montaran al señor en una unidad médica del penal y lo llevaran hasta emergencia. Indican los parientes que desde hace semanas tramitaban esta orden de traslado, pero irónicamente tres horas después de la muerte, a través de un mensaje de texto, le informaron a Norka que la orden estaría lista el 24 de marzo en la mañana.
José Humberto era un hombre que tenía más de 50 años de residencia en Barquisimeto pues es oriundo de la zona montañosa y rural de Buena Vista, que se ubica al oeste de la capital crepuscular. Para el momento de su detención, vivía en el populoso sector conocido como La Carucieña y allí logró casarse y tener cuatro hijos (unos de crianza y otros propios) y al tiempo logró conseguir trabajo en distintas empresas de metalurgia como operador de máquinas y luego de lograr su pensión en el Instituto Venezolano de Seguro Sociales (IVSS) se dispuso a trabajar como vigilante, primero en un lugar nocturno y luego en el aeroclub de Barquisimeto. En este último lugar, duró 12 años trabajando.
“El presidente no me ayudó”
El 9 de febrero de 2021, Mirelys Contreras, Ministra para Asuntos Penitenciario, visitó la cárcel Fénix junto Luis Ramón Díaz, presidente del Circuito Judicial Penal de Lara y en una rueda de prensa ofrecido una periodista les consultó a ambos sobre la medida cautelar que había recibido José Humberto por parte de la CIDH.
En esa oportunidad, las autoridades no supieron dar respuesta concreta, pero Norka si conoció que habían tomado nota al respecto y ella, en su lucha por la libertad de su padre, comenzó a visitar la sede del circuito con más frecuencia para encontrarse con Díaz.
En una de esas visitas, la hija del privado de libertad se topó con presidente del circuito y lo abordó. En pocos minutos, le explicó la condición en la que estaba recluido José Humberto en Fénix y la medida cautelar de la CIDH pero Díaz no hizo mucho para ayudarla ni atender su caso y tampoco brindó algún tipo de asesoría u orientación.
“Luis Ramón Díaz no me ayudó. En pocas palabras casi que me dijo que no podía hacer nada. Eso me llenó de impotencia, de rabia porque nunca hubo intención de hacer nada por el juicio o la libertad de mi papá” enfatizó con molestia y dolor Norka cuando recuerda el encuentro que tuvo con la máxima voz jurídica que tiene el estado Lara.
El retardo procesal de este caso es casi inaudito. El señor dentro de cinco días cumpliría 5 años privativa de libertad por el caso de una narcoavioneta venezolana que fue retenida por las autoridades de República Dominicana el 24 de marzo de 2016 en el aeropuerto La Romana de la isla caribeña.
José Humberto estuvo recluido entre los calabozos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en Lara y la Comunidad Penitenciaria Fénix que se ubica al norte de Barquisimeto, donde su estado de salud se complicó hasta el punto que lo llevó a la muerte.
Desde el momento de su captura hasta el día de su muerte, Norka y el resto de familiares aseguran que el señor era vigilante del Aeroclub Barquisimeto y que en sus responsabilidades laborales nunca tuvo que ver con las aeronaves para que lo vincularan con el cargamento de 350 kilogramos de cocaína que fue incautado en Dominicana.
“Desde que lo imputaron en noviembre de 2016, mi papá no ha tuvo ni convocatoria a juicio. Eso ha sido un retardo procesal increíble lo que evidencia más injusticia y murió con su nombre manchado a pesar de que era inocente”.
Fénix, una cárcel de muerte
El fallecimiento de José Humberto a causa de tuberculosis registra un patrón que se ha repetido y han sufrido decenas de privados de libertad desde 2019 cuando Una Ventana a la Libertad (UVL) contabiliza la cantidad de reos que mueren a causa de enfermedades perfectamente curables.
Las graves fallas de servicios públicos, el limitado acceso a alimentación, el padecimiento y poco tratamiento de enfermedades y la casi nula atención médica especializada y de urgencia son las particularidades comunes que afectan a los privados de libertad enfermos en cualquier calabozo policial o centro penitenciario del estado Lara y que tienen como resultado lamentable de muerte.
Al menos, 60 reclusos desde hace tres años han fallecido a causa de enfermedades y la Comunidad Penitenciaria Fénix es la que registra el más alto porcentaje de decesos.
Con la muerte de José Humberto, en este 2021, serían ocho los presidiarios de Fénix que han muerto. De ese total, solo uno fue asesinado mientras que el resto falleció a causa de tuberculosis, insuficiencia respiratoria y desnutrición, síntomas que tenía el señor de 68 años.
En detalle están los casos de presos muertos por enfermedades en Fénix durante 2021 son: Rubén Darío Calderón Batistas de 73 años quien falleció el 4/1/2021; Álvaro Wilfredo Villamizar de 56 años quien murió el 17/1/2021; Wilmer Antonio Ramírez de 50 años el 10/2/2021; Felipe del Valle Zabala Díaz de 59 años el 11/2/2021; Luis Adolfo Medina de 62 años; Jorge Silva Peroza de 31 años el 14/3/2021 y el señor José Humberto.
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