Eva Riera / UVL Falcón
El director de la Comunidad Penitenciaria de Coro (COPECO), Álvaro Graham, autorizó el ingreso de alimentos sin restricciones al recinto carcelario, ante la falta de gas que mantiene paralizada la cocina del penal desde hace varios días.
Familiares que pidieron la reserva de sus nombres, informaron que Graham les llamó para pedirles que lleven todo tipo de comida, incluyendo dulces, toda vez que no hay posibilidad de solucionar la ausencia de gas en las próximas semanas. No obstante, muchos parientes manifestaron su imposibilidad de llevar los alimentos por la falta de transporte y las restricciones de la cuarentena.
La introducción de comida al penal fue prohibida desde el pasado mes de marzo cuando inició la cuarentena.
Desde ese momento, el hambre ha hecho estragos al punto que en los últimos tres días, al menos diez presos, han sido llevados a la enfermería del penal y al hospital de Coro, luego de presentar insuficiencia respiratoria, pérdida de conocimiento, temblores y diarrea. Esta situación les ha hecho presumir que están enfermos de la covid19. No obstante una fuente penitenciaria afirmó que esos son los síntomas de la desnutrición severa que se está observando en casi toda la población penal que sobre pasa los 1300 penados.
En el lugar, solo a los 60 privados de libertad que llegaron del clausurado Centro Penitenciario de los Llanos Occidentales (CEPELLA), de Guanare, estado Portuguesa, se le han hecho pruebas para detectar la presencia de covid19.
Sin embargo, la fuente indicó que es poco probable que se trate de coronavirus. “Lo que pasa es que los síntomas de la desnutrición y de la covid19 se parecen, pero los presos lo que tienen es desnutrición pues se están alimentando muy mal. A veces solamente comen una vez al día cuando les dan un bollo de masa de maíz sin proteínas”, aseguró la fuente.
Este miércoles 15 de julio, los penados publicaron un comunicado en la red social Facebook, en el que hacen un llamado a la Organización de las Naciones Unidas y a Una Ventana a la Libertad, para que exijan una investigación que determine las causas de la crisis de salud en la COPECO la cual ha devenido en la muerte de varios compañeros.
Aseguran que el Ministerio Público les ha dado la espalda y los están dejando morir de un virus.
Dijeron que algunos han sido enterrados en el mismo recinto penitenciario para ocultar su muerte inesperada a la prensa y a sus familiares.
También clamaron por la apertura de los tribunales ya que muchos ya cumplieron su pena y no han salido. “Nos están matando poco a poco, ya no damos para más, queremos ayuda internacional ya que no queremos terminar sepultados como nuestros compañeros”, expresaron.
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