Eva Riera / UVL Falcón
“Anoche murió otro, eso allá adentro está feo”, era el comentario general de quienes hacían fila, la mañana de este 22 de julio, para entregar alimentos y medicamentos destinados a sus familiares presos en la Comunidad Penitenciaria de Coro (COPECO), estado Falcón.
Una de ellas, proveniente de Punto Fijo, en la península de Paraguaná, no salía de su asombro y fue una de las que gritó “allá va”, cuando vieron salir el vehículo que llevaba el cadáver sin saber que se trataba de su hijo. Eran cerca de las 10:00 am.
José Gregorio Garrillo Molleda, de 29 años de edad, es el sexto penado que muere este año en la COPECO por razones asociadas a la desnutrición y la amibiasis. Su deceso ocurrió cerca de las 4:30 am en la enfermería del penal. Como suele ocurrir en estos casos, las autoridades del recinto no avisaron a sus familiares acerca de su muerte. Su progenitora se enteró porque sabía de su condición delicada de salud y quería hablar con el médico titular de la cárcel. Se quedó esperando pues éste nunca salió.
Garrillo Molleda, conocido como Tico, pagaba condena por los delitos de hurto, violencia y homicidio. Había ingresado a la enfermería del reclusorio con un cuadro de diarrea, dificultad para respirar y debilidad general que lo había llevado al hospital Alfredo Van Grieken en una oportunidad.
La madre comentó, estando en la fila, que “lo estaban dejando morir”.
Otras mujeres que pidieron no ser identificadas por razones de seguridad, aseguraron que la comida que les dan es escasa lo cual indica que no les están suministrando los alimentos que ellas les llevan. Dijeron que hay muchos con fiebre, diarrea y llagas en la boca, una situación ha impedido el conteo diario de los reos porque los funcionarios de la Guardia Nacional, cuerpo de seguridad encargado de esta tarea, temen entrar y contagiarse.
Fuentes extraoficiales informaron a UVL que el subdirector Escamillo fue devuelto a Caracas de donde había llegado el 10 de julio pasado para suplir al anterior subdirector Javier Montilla, quien fue destituido por vender a los reos la comida que enviaba el ministerio para el Servicio Penitenciario.
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