
Eva Riera / UVL Falcón
La mañana de hoy, lunes 22 de junio, fueron reseñados en el CICPC de la capital del estado Falcón, el subdirector de la Comunidad Penitenciaria de Coro (COPECO), Javier Montilla, y dos custodios del ministerio para el Servicio Penitenciario (MPPSP), quienes están sindicados de vender la comida a los reclusos del penal, según informó Yamma Martínez, presidenta del Instituto Autónomo Caja Penitenciaria y madrina de COPECO.
Fuentes extraoficiales revelaron que los tres fueron trasladados esposados a tempranas horas de la mañana desde la sede de la GNB que custodia la cárcel hasta la policía científica y por último a los calabozos del DESUR-Coro donde permanecerán hasta que los tribunales decidan su destino final.
Para este martes estaría prevista la presentación ante el Tribunal 1 de Control.
Los tres funcionarios fueron capturados la mañana de este domingo en momentos cuando vendían la comida a 700 Mil bolívares el plato, un hecho que se venía investigando desde hace dos meses ante “la desaparición abrupta” de los alimentos que mensualmente envía el ministerio para ser servidos a los presos y funcionarios que trabajan en la COPECO, unas 1300 personas aproximadamente.
Martínez explicó al diario Últimas Noticias que, mensualmente, el MPPSP enviaba 3 mil kilos de pollo que se acababan en pocos días. Son alimentos proveídos por el Estado de forma gratuita, pero que eran procesados y vendidos a los presos en 5 dólares o en bolívares dependiendo del cambio del día.
También ingresaban cigarrillos y otros productos prohibidos así como comida comprada fuera de la cárcel para su comercialización dentro de ella. La funcionaria aseguró que se trata de una cadena y que las indagaciones proseguirán hasta su desarticulación. Dijo que la información fue aportada por los privados de libertad a través de videos y capturas de pantalla de celular que se enviaban como prueba del pagomóvil o transferencia.
El procedimiento fue notificado al Ministerio Público.
En marzo de este año fueron mostradas en las redes sociales, fotos en las que se observa a los presos en una delgadez extrema y absolutamente desnudos, sentados en uno de los patios de la COPECO. En esa oportunidad, familiares denunciaron que se trata de un castigo a quienes no tienen dinero o se niegan a cancelar “servicios” en el penal. Se dijo también que era aplicado con la anuencia de las autoridades y que, hasta los medicamentos que se suministran en la enfermería, deben ser pagados por los penados.
Dos meses antes, el ministerio para el Servicio Penitenciario desmintió informaciones según las cuales en las cárceles no se les estaría suministrando las tres comidas a los presos.
En una nota de prensa emitida en enero, el Director General de la Oficina de Gestión Comunicacional del despacho, Franklin Suárez, indicó que, en cada centro penitenciario, los alimentos son distribuidos, “procesados y almacenados bajo las más estrictas condiciones de preservación, y suministrados a la población, en atención al menú diario, balanceado y completo, determinado por el Instituto Nacional de Nutrición”.
En el Centro Penitenciario Agroproductivo de Barcelona…pasa lo mismo. Basta ya de tanta maldad, tanta impunidad. Los alimentos llegan al penal pero no al recluso.