Entre detenidos se comparten alimentos para subsistir

En un monitoreo de 17 centros de detención preventiva en el estado Carabobo, entre diciembre de 2021 y enero de 2022, se contabilizaron 897 personas tras las rejas, de las cuales 55 son mujeres y 842 hombres, a quienes poco se le garantiza el derecho a la salud en medio de la pandemia

Tibisay Romero

La alimentación de los detenidos en los diferentes comandos policiales corre por cuenta de sus familiares que tratan de llevar a diario la comida ya preparada en envases de plástico o paquetes de harina de maíz, arroz, pasta y sardinas enlatadas para que cocinen en los recintos donde se encuentran.

“Si nosotros no traemos el almuerzo, ellos casi seguro que no comen en el día, aunque entre presos se comparten lo que tienen para subsistir. Es difícil la situación, pero no es nueva, lleva tiempo así”, indicó María, una mujer de 39 años de edad que es obrera de una institución pública y asiste a la Delegación Municipal Las Acacias del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en el norte de Valencia, Carabobo.

Según su testimonio, siempre trata de llevar un extra de alimentos para que su hermano menor -que lleva varios meses ahí-, pueda compartir con otros en el lugar, así cuando él lo requiera, recibirá también la ayuda.

“Hoy por ti, mañana por mí”, dijo.

Bajos de peso

En el caso de la sede de la Policía Municipal de Valencia, en pleno centro de la capital carabobeña, la escena se repite: las mujeres, fundamentalmente, llevan los alimentos a sus familiares detenidos, de lo contrario podrían pasar el día con el estómago vacío. Algunos consultados señalan que se observa cómo muchos se ven bajos de peso.

J. Martíneznarró que va con la comida para su esposo detenido en el lugar. “Mi esposo tiene 4 meses preso. Yo no puedo venir todos los miércoles que es el día de la visita, por eso a veces vengo dos veces a la semana para traerle comida y lo sacan al pasillo para que lo vea 10 minutos. Hoy traje a los niños para que visiten a su papá”.

Pero no puede asistir diariamente y cuando no va, su esposo resuelve junto a otros presos. En su caso vende donas y con lo que recibe de pago, compra harina, arroz, pasta y salado y cocina allí. “Ellos tienen cocina eléctrica y hacen la comida y se la reparten porque algunos no tienen nada”.

Dos abogados consultados sobre las condiciones de los detenidos en varios Centros de Detención Preventiva (CDP) de los monitoreados, indicaron que no conocen de casos de desnutrición propiamente dicha, pero sí notan la delgadez de numerosos presos.

Adriana, madre de un detenido señaló que su hijo está en buena condición de salud en Polivalencia. “Yo tengo a mi hijo apartado del resto, en una celda solo, él está bien no sé cómo estarán los demás, yo le traigo mercado y él cocina allí su desayuno y cena, pero vengo todos los días a traerle el almuerzo porque prefiere que se lo haga yo”.

Respecto al Covid-19

Entre noviembre y diciembre, en varios CDP iniciaron la vacunación de detenidos contra la COVID-19. Primero lo hizo Polinaguanagua, que inclusive informó a la comunidad sobre la jornada. En el caso de Polivalencia, algunos familiares aseguraron que en diciembre inmunizaron a los detenidos con la primera dosis de la vacuna china Sinopharm, pero este dato no fue confirmado por ninguna autoridad.

Funcionarios de los CDP han asomado que pronto tendrán vacunación de los detenidos y para ello planean coordinar con autoridades en materia de salud en el estado Carabobo.

“Hace dos meses mi esposo tuvo COVID-19, bueno eso creemos porque tenía todos los síntomas. Yo le traje el tratamiento, eran tres ampollas, pero solo le pusieron una porque compartió dos con los otros presos que estaban enfermos en la misma celda”, comentó la familiar de un detenido a las afueras de Polivalencia.

Y agregó: “En diciembre le pusieron la vacuna del COVID-19”.

De acuerdo con información extraoficial, son frecuentes los casos de escabiosis, problemas en la piel, y malestares estomacales.

Limpian dos veces al día

Una medida que han puesto en práctica en algunos CDP es la limpieza dos veces al día de los calabozos, oficinas y áreas comunes. Para ello, sacan en turnos a detenidos que se ocupan de estas labores.

“En la mañana y en la tarde sacan a todos los presos para que hagan el aseo, laven el baño y se bañen, les botan la basura y los días que hay agua lavan, aunque mi hijo no lava allí, yo le lavo la ropa y se la traigo porque el agua es muy sucia y la ropa le va a quedar igual de sucia”, comentó una mujer a las afueras de un CDP.

Sin ambulancias ni servicios médicos

Una constante preocupación de familiares y abogados consultados es la falta de servicios médicos para atender a los detenidos en los CDP, especialmente en medio de la pandemia por la COVID-19. En la mayoría de los casos, si requieren de traslados, habilitan una patrulla para tal fin porque no cuentan con servicio de ambulancias.

También la falla en el suministro de agua es frecuente, aunque los jefes policiales buscan resolver con cisternas, se convierte en un problema de salubridad.

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