
Equipo investigación UVL
Convertirse en pran de un Centro de Detención Policial (CDP) en el estado Nueva Esparta es un trabajo de inteligencia y alianzas, más que por su fuerza bruta. Los líderes de estos recintos van logrando notoriedad por su capacidad de control ante la población penitenciaria y esta la van ganando con ayudas, con las que van comprando la lealtad de los reclusos.
La región insular tiene historia con los pranes. ‘El conejo’ fue el más conocido por el control absoluto que logró tener del Internado Judicial de San Antonio, tanto así que el impacto de su muerte el 24 de enero de 2016 fue tan sentida para los privados de libertad que su despedida se salió de control en la cárcel margariteña.
Los videos de los presos disparando en el techo del recinto carcelario recorrieron el mundo, y fue la sentencia de este espacio que fue clausurado y originó el traslado de todos los reos a centros penitenciarios del país.
Desde la muerte de ‘el conejo’ no ha existido una figura de pran tan importante en Margarita, así lo reseñó Anthony Frontado, Director de Seguridad Ciudadana de Nueva Esparta, quien por ocho años fue director de la Policía Municipal de Mariño, uno de los cuerpos policiales con más presos dentro de su calabozo.“Los pranes surgen ni siquiera por fuerza física, sino por liderazgo o compañerismo, ellos buscan dar comida a quienes no tienen, que no haya peleas y que exista un orden dentro del calabazo, ahí empiezan a cobrar un impuesto a los familiares, con el que dan mantenimiento a los espacios del calabozo, adquieren droga y se la dan a los más débiles para que la familia se vea obligada a darles dinero”.
El funcionario explicó que trabajan en grupos, junto a quienes se conocen como “perros de guerra”. Son estos los que se encargan del trabajo sucio de torturar o castigar al resto de los presos. Los castigos pueden ser por cualquier cosa, sobre todo si alguien quiere arrebatarles el liderazgo.
Frontado expresa que la relación entre los “líderes negativos” y los funcionarios policiales es obligatoria. “Al tener un liderazgo los policías se ven en la obligación de aliarse con los pranes para mantener el control de los CDP, ya que en una base policial hay más de 100 presos para dos funcionarios, que solos no pueden controlar a la población, entonces los efectivos buscan a los perros de guerra para que medien con el líder y este tome el control”.
Para el director de Seguridad Ciudadana de Nueva Esparta la figura del pran se ha convertido en un “mal necesario”, ya que evitan que el calabozo se convierta en un desorden. Lo cual no evita que sean personas nocivas sobre todo para las personas que están en las calles. Acotó que los pranes no tienen una expectativa de vida muy larga, sobre todo al salir en libertad, por la gran cantidad de enemigos que van amasando. Es por esto que prefieren quedarse tras las rejas el mayor tiempo posible. “La venganza siempre los alcanza y terminan fallecidos”.
Según Anthony Frontado, en estos momentos en el estado Nueva Esparta no hay grandes pranes, pero en cualquier CDP habrá un detenido que tome las riendas sin importar su apariencia física o su fuerza. “En la actualidad la mayoría de los líderes de los calabozos de las bases policiales no son margariteños, sino personas de estados como Anzoátegui, Vargas, Miranda o Distrito Capital, pero sobre todo de Sucre. El 70% de los privados de libertad en Nueva Esparta son de Sucre o tierra firme, por lo que es normal que el pran sea de otras regiones. A diferencia del caso de ‘el conejo’ que era nativo de Porlamar”.
La familia y el pran
Para los familiares de los privados de libertad en Nueva Esparta el trato con el pran es una relación distante, pero con respeto. José Marcano, tiene a su hijo detenido en el CDP de Polimariño, es la tercera base policial por la que pasa desde que está preso hace dos años, por lo tanto ha conocido como se manejan tres líderes. “Ellos respetan a la familia, se encargan de que cuando haya visita no pase nada malo dentro del calabozo, el día de visita es sagrado. Si por ejemplo, un preso golpea a su mujer por celos o le hace un escándalo, lo separan y al irse la visita lo joden”.
Marcano explicó que el pran les pide dinero a los familiares para comprar alimentos sobre todo para ayudar a los detenidos que no tienen familia en Margarita, porque muchos son de tierra firme y sus allegados no tienen recursos para viajar constantemente a la Isla.
Un cobro que es obligatorio, porque de no dar la cuota solicitada, simplemente son castigados a golpes sus familiares. Asimismo, el líder de los CDP sirve de prestamista a los presos que quieren comprar cigarros o drogas. “Ellos les preguntan cuando lo van a pagar y sino lo hacen en la fecha pautada los joden con golpes o cuchilladas, depende del nivel de maldad del pran”.
Para José Marcano, como familiar de un detenido, la figura del pran y de sus “perros de guerra” es necesaria porque ellos llevan el orden del calabozo. “Hay unos que son concientes y tratan de tener el centro limpio, compran comida. En PoliMariño el pran siempre usaba el dinero para comprar comida y productos para el aseo, pero hay otro que son coños de madre y lo que les importa es el dinero”.
Para Luisa Marval, quien tiene a su esposo en el CDP de Los Cocos, la relación con el líder de la base ha sido cordial hasta los momentos. “Acá no piden mucho dinero, solo en ocasiones que se necesita comprar un camión cisterna de agua. Como son muchos, más de 100, las cuotas no son tan altas por familiar. Yo no siempre tengo, pero me endeudo para que no le vaya a pasar nada a mi esposo”.
Aseguró que el pran de este recinto siempre trata de que todo se mantenga en paz, y definitivamente es el que manda, no los policías del Instituto Autónomo de Policía del estado Nueva Esparta (Iapolebne). “Los policías están afuera, ellos no entran al calabozo. Solo se encargan de que no se escapen, pero adentro es el pran quien mantiene el control total. Es él quien evita que se hagan daño, que no se vuelva un desastre. Es claro que más poder tiene el pran que la misma policía”.
Los familiares comentaron que los pranes en Nueva Esparta en su mayoría son oriundos de otras regiones del país.
Líderes Negativos
La criminalista Milagros Villarroel dijo que el pran es un líder negativo que ha cobrado relevancia en los últimos tiempos por los antivalores en la sociedad actual. “Es un líder negativo, que inspira y genera confianza dentro de su círculo, llegan a ser un tipo de Robin Hood. Es triste ver como niños en comunidades pobres te digan que quieren ser pranes cuando sean grandes y que manejen vocablos como ‘te comiste la luz’ que son términos que se usan en los penales”.
Villarroel reseñó que los pranes manejan un orden jerárquico en su organización, lo que demuestra que dentro de su desastre hay orden. “Ellos van subiendo hasta que se convierten en los líderes”. Acotó que en las bases policiales la función del pran es menor, se ocupan de temas como la limpieza, la alimentación y de la convivencia pacífica de los privados de libertad.
Para Kerwin Sanabria, ex funcionario del Cicpc, la relación entre los pranes y los funcionarios es una relación necesaria, ya que entre ellos median para que se mantenga la paz. “Los jefes de las policías le dan el poder de mandar al pran, pero con la condición de que mantenga el orden dentro del calabozo. Por qué ‘el conejo’ no mataba gente, porque sin fallecidos él no tendría problemas”.
Sanabria comentó que siempre existe una guerra de poder entre los detenidos, por lo que es necesario que ellos y su grupo estén atentos a cualquier intención de cambio de mando.
La criminalista Milagros Villarroel fue enfática al decir que nada de lo que hagan los líderes negativos dentro de las bases policiales o penales puede ser positivo.“Decir que ellos hacen cosas buenas es hacer apología. La figura del pran se quiere exaltar y es por eso que los jóvenes los llegan a ver como gente buena. Ellos son como animales y se hacen sentir para generar miedo. Ellos no siembran respeto, sino terror y el terror no es positivo”.
Dejar una contestacion