En los centros de detención preventiva también hay líderes que imponen la rutina carcelaria detrás de los barrotes. Pero no todos los internos tienen las características para alcanzar ese rango dentro de la estructura criminal
Angélica Lugo, UVL / Caracas
Imponen las normas o la rutina carcelaria. Lideran protestas y motines. Y, en ocasiones, sirven de mediadores en conflictos con funcionarios policiales. Estas son parte de las funciones que tienen los pranes o líderes negativos en los centros de detención preventiva.
Aunque en Caracas, hasta los momentos, no se conocen nombres o alias de algunos reclusos que fungen como pranes en los calabozos policiales, fuentes extraoficiales que están encargadas de la custodia de la población reclusa le han confirmado a Una Ventana a la Libertad que sí existe esta figura del submundo penitenciario en estos espacios de reclusión que funcionan como cárceles paralelas.
Un funcionario que, además de custodiar a internos en un calabozo policial, tiene estudios en Derechos Humanos y en atención al detenido en sedes policiales, refirió que el líder negativo dentro de los calabozos surge por la mala fama que obtienen las personas en conflicto con la ley por los delitos que cometen en la calle: “El que tiene el nivel de agresividad más marcado, que elimina a sus rivales dentro del mundo delictivo, tiene ventajas para ser líder en un Centro de Detención Preventiva. Pero sobre todo, el que viene de una cárcel o es reincidente, tiene más estrellas para ser pran en un calabozo policial”.
El policía explicó que cuando un privado de libertad que estuvo en un penal llega a un Centro de Detención Preventiva, de inmediato, la población penitenciaria hace un ritual de bienvenida a ese recluso. “Se paran firmes. Ponen sus brazos pegados al cuerpo. Le dan la bienvenida y, prácticamente, se le ponen a la orden. Ellos sienten respeto y miedo por quienes ya han vivido la verdadera rutina carcelaria, sobre todo quienes son los pranes de un calabozo y no han estado en una penitenciaría, pues saben que, en lugar de seguir siendo líderes, pasarán a ser los luceros del nuevo pran. Es decir, sus manos derecha”, precisó.
El funcionario explicó que el submundo carcelario es parecido al de los mecánicos: “Ese mundo es como el de los mecánicos. Todos se conocen. Quienes, por ejemplo, vienen de Tocorón que es una de las cárceles más violentas en Venezuela, son recibidos con una ovación pues, de inmediato, los reclusos dicen entre ellos frases como: Él jugó en el “carro” en Tocorón y eso, sin duda, les da respeto en las sedes policiales”.
Pero quienes han sido reincidentes y han estado detenidos en un mismo calabozo policial también llegan con “estrellas”, lo que en la jerga penitenciaria que ha surgido en los calabozos policiales es equivalente a las ventajas. Así lo explicó otro policía que está encargado de la custodia a los internos en otros CDP ubicado en el Área Metropolitana de Caracas: “El que sea reincidente con varias caídas policiales en un mismo organismo de seguridad, le da ventajas pues ya conoce las rutinas en ese centro de detención preventiva y sabe cómo actúan los policías ante algunos eventos y eso le da un estatus como delincuente y prisionero”.
La “rutina” la imponen ellos
En los calabozos policiales, al igual que en los centros penitenciarios venezolanos hay “rutinas”. Es decir, normas de convivencia y reglas internas. Pero esas “rutinas” las imponen los pranes.
Una Ventana a la Libertad entrevistó a funcionarios que trabajan en cuatro centros de detención preventiva ubicados en la Gran Caracas para conocer cuáles son esas normas internas o lenguaje carcelario que imponen los pranes en los CDP. A continuación lo compartimos:
Reglas básicas:
. Los reclusos deben lavarse las manos después de hacer sus necesidades. Pero no pueden tocar los envases plásticos con las manos sucias. Otro interno debe agarrar el envase y suministrarle el agua para su aseo.
. No está permitido picar el pan o los alimentos que comen con el cuchillo, pues ese utensilio está considerado como un arma para defenderse.
. La visita se respeta. No se pueden decir groserías en su presencia. No se pueden tocar. No está permitido escupir al suelo.
. La comida y la biblia son sagradas. No pueden tocar el piso.
. No está permitido comer en los calabozos sin franelas.
. No se puede recibir a la visita sin camisa.
. A las mujeres no se les pega.
. La “maita” (madre) es sagrada.
. Cada quien lucha por lo suyo, es decir, la “salvación es individual”.
. La lealtad entre los reclusos es condicionada por sus intereses.
Lenguaje interno en los CDP:
Los efectivos policiales consultados para este reportaje coinciden en que, el lenguaje interno que tienen los reclusos es para evitar que los funcionarios sepan de qué hablan, por ello, le cambian los nombres a algunas palabras.
Mantequilla: Resbalosa.
La vital: Agua.
La wendy, la toba o la gorda: La comida o los alimentos.
La vaquita: La leche.
Huevos: Posturas.
Fresa: Mujer que ha estado privada de libertad.
Bruja: Policía.
Lírica: El habla o la conversación. Ejemplo: suelta tu lírica
Hay una luz: Algo pasa.
Bicheteo: Lo que está sucio, excremento y todo lo que sea basura.
Báquiros: Boxer o interiores.
Cachorros: Hijos.
Perro: El par de un interno. Los dos reclusos están privados de libertad.
Causa: Compañero. Existen distintos tipos de causas: causas de lucha, causas de traslado o las causas que son por estar procesados por el mismo hecho y delito.
Bautizado: Es un interno intocable porque es de la iglesia.
Trabajadores: Los que practican el aseo.
Manchados: Los que cometieron un delito imperdonable en la prisión, como por ejemplo, decirle a un policía la rutina interna de los reclusos.
Los metales: Armas de fuego.
La bicha: Pistola.
Patero: Tiro en la pierna.
Coquero: Tiro en la cabeza. Es el que no merece la vida.
Manero: Tiro en la mano.
Fundera: Esposa.
Lobas: Amantes o novias.
El quince: Yesquero.
El yensi: Miembro masculino.
“Háblame calle” o “la calle me jala”: Cuando invocan la libertad. Estas frases las suelen decir cuando van a los tribunales.
Aché: Suerte. En los calabozos usan ligas como símbolo de aché.
La tribu: El tribunal.
Sujetado: Cuando están sometidos a una norma.
Mande botín: Dame lo mío o mi parte que me corresponde.
“Si pusieran en práctica en la calle las normas de convivencia en los calabozos policiales y en las cárceles, Venezuela sería otra cosa”, expresó uno de los policías entrevistados que, además, explicó que las normas positivas que imponen los pranes en los CDP siempre son a conveniencia de ellos.
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