Jéssika Ferrer Palma/ UVL Zulia
Conocía las instalaciones, la cerca perimetral sin protección, lo espacioso del patio del comando, los pequeños descuidos de los oficiales y tenía en cuenta que debía ser veloz y sigiloso para volver a la calle. Eddy Enrique González, de 25 años, esperó su momento y se fugó, el 19 de febrero de 2021, de los calabozos de la Policía Municipal de Rosario de Perijá (Polirosario). Aprovechó que los oficiales sacaron al patio a todos los privados de libertad para la desinfección de la celda, burlo la seguridad y saltó la cerca perimetral. Cinco meses después lo recapturaron cuando consumía estupefacientes en una calle y terminó en los calabozos del Cuerpo de Policía Bolivariano del Estado Zulia (CPBEZ).
La evasión de González dejó en evidencia las debilidades en Polirosario. No hubo, sin embargo, cambios en la dinámica de trabajo con los privados de libertad en sus instalaciones ni remodelaciones de la infraestructura para reforzar la seguridad en la cerca perimetral. Tampoco se dieron a conocer las sanciones disciplinarias para los uniformados de guardia.
De acuerdo a la opinión de una veintena de funcionarios encuestados, las infraestructuras inadecuadas son la principal causa de las evasiones en los Centros de Detención Preventiva zulianos. “Se saltan las rejas, rompen el techo, parten las protecciones, abren huecos en la pared o estallan los candados”. El 60% de las fugas en Zulia, de acuerdo al registro de Una Ventana a la Libertad, ocurre por debilidades en los edificios de reclusión. El otro 40% se le adjudica a la complicidad con personal de guardia y la falta de oficiales para la custodia. “Escapan por la entrada principal”.
“Esto es un verdadero problema para nosotros. Conozco muchísimas sedes y ninguna está preparada para albergar de manera segura y prolongada cierta cantidad de detenidos. En Maracaibo los calabozos se hicieron de concreto armado, imposible fugarse de ahí. Pero fíjate en la vieja sede de Punto Fijo, donde actualmente funciona Homicidio, es una casa vieja con paredes de bloque sencillo y techo de asbesto. ¿Quién no se va a escapar de ahí?”, explicó un comisario del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).
Una fuga masiva sorprendió, a las 3.30 de la madrugada del 5 de abril de 2020, al único detective de guardia en la sede de Homicidio del CICPC, en Cabimas. Los 20 privados de libertad movieron el aire acondicionado, sin protección, de su celda y uno a uno salió por el hueco. Sometieron al custodio y huyeron hacia la playa. Antes del mediodía tanto a los presos como a los lancheros que los llevarían al otro extremo del Lago de Maracaibo los mataron en presuntos enfrentamientos.
“Ellos se fugan. Pero la respuesta del CICPC es contundente tanto para la guardia del calabozo como para los evadidos”, acotó un detective.
Presos cuidan presos
La falta de personal para la custodia de los privados de libertad ha obligado a los cuerpos de seguridad a ingeniárselas. En la Policía Municipal Bolivariana de San Francisco (Polisur) ocasionalmente se apoyan en los exoficiales detenidos para la custodia del resto de la población. La medida no garantiza, sin embargo, la evasión de sus compañeros. Solo en 2021 se hizo pública la fuga de cuatro detenidos, entre ellos uno que padecía tuberculosis. Usualmente las evasiones en Polisur ocurren en la madrugada.
“Solo a las mujeres y a ellos -los exfuncionarios- se les considera de confianza y no los encierran. Ellas limpian, lavan, mientras que ellos cuidan la puerta, reciben y revisan los paquetes, resuelven cuando no hay agua y vigilan”, comentó un exrecluso del comando.
Quienes residen cerca de los calabozos aseguran que es frecuente verlos saltarse la cerca perimetral. Pero se limitan a cerrar sus puertas para que no se escondan en los patios. “Total, uno no sabe si se salen ellos o los dejan salir. Mejor no meterse y ganarse un problema”.
Tras el paso de la Revolución
Solo dos Centros de Detención Preventiva reportaron fugas durante el trabajo de la Comisión Presidencial para la Revolución Judicial. En ambos casos los presos denunciaron que los sentenciaron a penas mayores de las que ameritaban sus delitos.
De madrugada escaparon, el 14 de agosto de 2021, de Polisur, los hermanos Silvino Antonio y Euro José Carrillo Difulvio y Gabriel Benjamín Vargas Uzcátegui. Tenían al menos seis años recluidos en ese calabozo y se les condenaría a penas cercanas a los 30 años. “Los tres compartían la misma celda, planificaron su fuga y se escaparon por el patio”, detalló un oficial.
Óscar Enrique Guzmán Chirinos, alias “Conas”, no solo escapó del Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas de Cabimas. Unas 24 horas después de salir con una maleta por la entrada principal del penal difundió un audio en el que amenazaba a la presidenta del Circuito Judicial de Zulia.
“A lo que me conllevaste, Vanderlella, a fugarme del retén de Cabimas, porque no te di los 50 mil dólares que me estabas pidiendo para darme la apelación a lugar. Y dicen que los extorsionadores son los pranes del retén de Cabimas. Vamos a ver si todos los cobres que habéis agarrado y habéis extorsionado a los presos de todo el Zulia, te van a durar toda la vida pa’ escondete. Sin más nada que decir Vanderlella, vos estáis clara pa’ la que vais. Y te estoy hablando yo, el Conas, el expran del retén de Cabimas”.
No hubo una investigación oportuna sobre la fuga de Guzmán. Algunos estiman que emigró a Colombia. Sin contratiempos para llegar a la frontera.
Sin números
Las cifras de evasiones, el número de evadidos, a cuántos funcionarios se les abrió procedimiento administrativo o penal por complicidad no los suministra ningún cuerpo de seguridad. Durante el cierre del Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas de Cabimas, Omar Prieto, gobernador de la región, declaró que se iniciaron procesos judiciales contra 70 oficiales del CPBEZ por cooperación con los detenidos. No detalló, sin embargo, cuántos ayudaron en las fugas en el penal.
Los procesos de recaptura, según unos policías, dependen de cuan mediático sea el caso. “No se filtran y todo queda tranquilo. Se hacen las averiguaciones del momento, se tramita en tribunales otra orden de captura y ya”.
El procedimiento de búsqueda no varía ni se utilizan nuevas tecnologías para los rastreos. “Se interroga a los compañeros, se visita a los familiares o casas cercanas al comando y se hace un recorrido en patrulla. Algunos casos terminan en enfrentamiento y otros se espera a que aparezcan. Cuando la fuga es planificada, el evadido busca llegar a la frontera y se va del país”, comentó un militar.
Ivo Luis Hernández Mavarez, de 58 años, se escapó, en mayo de 2021, del Centro de Coordinación Policial, Vigilancia y Patrullaje Motorizado del Eje Metropolitano, en el sector Irama al norte de Maracaibo, donde lo procesaban por el delito de tenencia de droga. Tras su fuga, se trasladó en transporte público hasta el sector La Sibucara del municipio Mara, donde lo recapturaron, el 25 de junio de 2021.
Otro que viajó kilómetros sin contratiempos luego de evadirse del Destacamento 113 de la Guardia Nacional Bolivariana fue Luis Antonio López Medina. Se trasladó desde el municipio Baralt, en la Costa Oriental del Lago, hasta el sector La Fortuna, parroquia Urribarrí del municipio Colón, al sur del Lago. Allí lo mataron en un presunto enfrentamiento los funcionarios del Servicio de Investigación Penal del Estado Zulia (SIPEZ). Un comisario activo del CICPC acotó: “Créeme que se investiga y se sanciona. Antes era motivo de jubilación para un jefe, pero eso cambió. Ahora a todo el personal de guardia se le abre un proceso y se busca a los presos hasta debajo de las piedras”.
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