Delta Amacuro: Trata de personas, tráfico de drogas y abuso sexual son los delitos más comunes entre indígenas warao

Los indígenas por ser gente de agua conocen los caños como la palma de su mano, lo que los convierte en candidatos perfectos para organizaciones criminales dedicadas a la trata de personas, tráfico de sustancias estupefacientes y armas para que trabajen para estas bandas como guías, motoristas o capitanes de embarcaciones rápidas que llevan los cargamentos

UVL DELTA AMACURO

Delta Amacuro es un estado situado al extremo más oriental de Venezuela con una población de 137 mil 939,  habitantes de los cuales unos 15.000 pertenecen a la etnia Warao. Esta entidad cuenta con una extensión territorial de 40.200 km2, caracterizado por ser una región selvática tropical con más de 3.400 caños navegables.

Warao quiere decir “hombre de agua” o “gente de embarcación”, durante tiempos remotos han habitado en los caños deltanos viviendo a orillas del rio en palafitos,  dentro de sus actividades principales destaca la agricultura, la pesca, la fabricación de embarcaciones a partir del tronco del moriche llamado “árbol de vida”, que además de proveer curiaras, pueden hacer artesanías y chinchorros a partir de la palma, bebidas con la fruta e inclusive el gusano que se extrae del tronco es una exquisita fuente de proteínas.

Los Waraos se caracterizan por ser personas tranquilas y tímidas, en las comunidades en las que hay mayor concentración de población indígena figura un “Aidamo” la autoridad legítima para mantener el orden social, este se encarga  de la resolución de conflictos menores dentro de la comunidad  a través de asambleas o “Monikata” donde los involucrados reciben una advertencia llamada “Ederi kitane” que busca mejorar el comportamiento de los implicados en el conflicto de lo contrario recibirán el “Yebere” que vendría siendo el castigo caracterizado principalmente por  azotes con mecates o palazos y la cantidad dependerá de la gravedad de la falta, esto solo se aplica para faltas leves que no están contempladas en el ordenamiento jurídico.

Principales causas que los impulsan a delinquir

Para el sociólogo y comunicador social, César Pérez Marcano la globalización y transculturización ha marcado negativamente el comportamiento de los waraos, explica que hay muchos grupos sociales étnicos que se han trasladado a las ciudades en este caso, hasta Tucupita la capital del estado Delta Amacuro en la búsqueda de mejorar su economía, condiciones de salud y para adquirir bienes “ellos vienen desde sus comunidades remando en sus curiaras y ven un mundo completamente explosivo, lleno de luces, de consumo, de alcohol, drogas pero limitado en cuanto al acceso al trabajo y sencillamente quieren entrar a ese complejo de relaciones lo que muchas veces los lleva a delinquir para tener”, puntualizó Pérez Marcano.

Los indígenas de la etnia warao viajan hasta Tucupita, capital de Delta Amacuro  durante varias semanas desde sus comunidades ubicadas en los municipios Pedernales y Antonio Díaz zonas que concentran la mayor población indígena de la región deltana escapando del hambre, enfermedades y trayendo consigo artesanías con la idea de poder sustentar su estadía en la capital al tiempo que buscan oportunidades que les permitan vivir dignamente sin embargo, al llegar a la ciudad no encuentran otras opciones más que acampar a la orilla del río en las adyacencias del Malecón Manamo, lugar donde pueden convivir hasta 200 personas, el warao busca trabajar comúnmente en la descarga de camiones de alimentos en establecimientos comerciales como panaderías y abastos, sin embargo la remuneración por estos trabajos forzosos no son suficiente para cubrir las necesidades de las familias que generalmente suelen ser numerosas ante este estado de vulnerabilidad buscan aumentar sus ingresos con actividades ilícitas.

El especialista en materia jurídica y defensor de los Derechos Humanos, Abg. Aníbal Gómez coincide en que los principales motivos que llevan a la población indígena a cometer delitos son de carácter sociales y económicos ante esta situación señala que “debido a las políticas públicas diseñadas por el Estado Venezolano, de ser un Estado paternalista o que garantiza el mínimo beneficio,  muchos indígenas vienen desde sus caños hasta Tucupita en busca de la bolsa CLAP y no tienen acceso a la comida, por ende han dejado de lado actividades como la pesca y agricultura para dedicarse a delinquir”, añadió el jurista.

Delitos más comunes entre la población indígena

Los indígenas por ser gente de agua conocen los caños como la palma de su mano, lo que los convierte en candidatos perfectos para organizaciones criminales dedicadas a la trata de personas, tráfico de sustancias estupefacientes y armas para que trabajen para estas bandas como guías, motoristas o capitanes de embarcaciones rápidas que llevan los cargamentos dependiendo sea el caso hasta las islas de Trinidad y Tobago o hacia Guyana, ya que muchos de los caños del Delta tienen salida hacia estos países, rutas que se hacen familiares para los indígenas.

Ante la vulnerabilidad en la que nacen y se desarrollan la mayoría de los warao, buscan a través de estas alternativas desembolsos que les ayuden a mejorar su situación económica e inclusive muchas veces son engañados y reciben un poco de comida a cambio y no la suma acordada con estas mafias desde el inicio.

Alexis Valenzuela, defensor de Derechos Humanos, periodista y autoridad única en materia indígena en el estado Delta Amacuro, especificó que muchos privados de libertad de la etnia warao mayormente son acusados y juzgados por trata de personas, homicidios, tráfico de drogas, abuso sexual y hurto, Valenzuela detalló que en la mayoría de las detenciones  “los indígenas no están conscientes de que están incurriendo en un delito lo hacen hasta por una bolsa de comida debido a las carencias que enfrentan”.

Todas las fuentes consultadas para esta investigación resaltaron que el alcohol y drogas son elementos presentes durante las detenciones por abuso sexual, homicidios y peleas o riñas en la población indígena siendo estas las más comunes entre los detenidos de la etnia warao.

Defensa Pública garantiza atención a los indígenas en Delta Amacuro

En los casos de detención en los que se involucra un indígena warao, la competencia integral indígena de la Defensa Publica cuenta con interpretes para facilitar la comunicación entre aquellos warao que no hablan el castellano, según lo precisó el Dr. Javier Romero, coordinador de la Defensa Publica en el estado Delta Amacuro,  el abogado Aníbal Gómez reforzó esta misma aseveración al igual que Alexis Valenzuela, cabe destacar que cada uno fue entrevistado en momentos y lugares diferentes y por separado.

Javier Romero, detalló que actualmente la Defensa Pública se encarga de llevar 20 causas de indígenas privados de libertad en la región. En Delta Amacuro existen dos centros de detención que son el Centro de Resguardo y Custodia Judicial Guasina y la Comandancia General de la Policía del Estado Delta Amacuro, aunque los demás cuerpos de seguridad presentes en el estado cuentan con calabozos o celdas no permanecen detenidos en estos sitios por más de tres días y son trasladados a los centros de detención preventivos antes mencionados.

En cifras: 47 waraos y 2 pemones detenidos en Delta Amacuro

El centro de Resguardo y Custodia Judicial Guasina cuenta con capacidad para unos 50 detenidos según investigaciones previas realizadas en monitoreos pasados por el equipo de Una Ventana a la Libertad, sin embargo actualmente existe una población de 194 privados de libertad 48 de estos son warao lo que representa un 24,74% de los detenidos. Mientras que en la Comandancia de la Policía del Estado Delta Amacuro solo se encuentra detenido una sola persona quien está sentenciado por abuso sexual.

En el Centro de Resguardo y Custodia Guasina también se encuentran detenidos 02 indígenas pemones quienes piden ser trasladados hasta Santa Elena de Uairén.

Estas cifras fueron suministradas por Alexis Valenzuela, quien al mismo tiempo detalló que el 25% de estos indígenas están cumpliendo su sentencia.

Durante el trabajo de campo para la elaboración de este trabajo se pudo observar que la mayoría de los detenidos son jóvenes entre los 19 y 25 años, mientras que son pocos los adultos mayores de 30 años o más detenidos. Gozan de buena salud física, mantienen un aspecto limpio y no muestran signos de desnutrición, sin embargo al ser abordados aseguran que les cuesta mucho alimentarse al menos tres veces al día a pesar que frecuentemente familiares les suministran alimentos y les venden alimentos a precios solidarios estos no cubren la demanda requerida.

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