Angélica Lugo, UVL / Caracas
En el día 18 de la cuarentena nacional para prevenir el contagio del Covid-19 en el país cientos de mujeres se apostaron en las afueras de la PNB de Boleíta para apoyar a sus familiares: los más de 1000 internos detenidos en ese calabozo policial iniciaron una huelga de hambre para protestar por el retardo procesal que, se ha acentuado aún más, durante las primeras tres semanas del aislamiento social.
Con tapabocas, guantes y botellones de agua para resistir unas horas en las inmediaciones de esa comisaría que también es conocida como la antigua Zona 7 de la extinta Policía Metropolitana.
“Los familiares de los privados de libertad nos encontramos pacíficamente afuera de la PNB de Boleíta apoyando a nuestros privados de libertad que iniciaron el día de hoy una huelga de hambre porque hay muchas personas enfermas y porque tampoco se están tomando las medidas de prevención en la entrada de nuevos reclusos, aún y cuando tenemos la emergencia del Coronavirus”, manifestó la esposa de uno de los detenidos en ese CDP.
Las mujeres argumentan que a los internos les preocupa que durante la cuarentena no han sido trasladados a tribunales. “Esto aumenta más el retardo procesal que, de por sí, siempre es grave”, manifestaron.
El grupo de familiares también aseguró que el día anterior los policías no les permitieron el ingreso de caramelos, azúcar, agua, ni papelón, que los reclusos tenían pautado ingerir durante el ayuno voluntario.
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