
Angélica Lugo, UVL / Caracas
Una reclusa lactante, que está detenida en los calabozos de la División Antiextorsión y Secuestro del Cicpc El Hatillo, fue separada de su bebé y funcionarios encargados de esa dependencia de la policía científica gestionaron la entrega del recién nacido a su abuela materna, informaron fuentes extraoficiales a Una Ventana a la Libertad.
Pese a lo complejo en el acceso a la información, desde UVL hemos realizado esfuerzos para hacer seguimiento al caso de una mujer que se encuentra detenida en esta sede del Cicpc El Hatillo y que hace unas semanas dio a luz. De manera extraoficial se pudo conocer que el recién nacido, luego de haber recibido algunas vacunas, presentó un cuadro de salud con fiebre y diarrea, por lo que el bebé fue trasladado a un centro de salud.
Una de las fuentes consultadas explicó que el comisario a cargo de este centro de reclusión preventiva realizó los trámites correspondientes ante la LOPNA y el recién nacido fue separado de su madre y entregado de forma legal a la abuela materna. Aunque la interna cuenta con la autorización de amamantar al bebé en el calabozo policial, es probable que, por la pandemia y la logística de movilidad, la reclusa no pueda amamantar a su hijo todos los días.
Desde Una Ventana a la Libertad se ha informado que el Estado debe garantizar que las reclusas lactantes permanezcan con sus hijos durante el periodo de lactancia.
El ordinal 10 del artículo 15 del Código Orgánico Penitenciario establece que la privada de libertad tiene derecho a recibir atención médica especializada durante el período de gestación, parto y lactancia, «así como toda madre privada de libertad a permanecer con sus hijos hasta que alcancen los tres años de edad, si así lo decidiera, y a que los infantes también reciban la atención médica necesaria”.
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