Equipo UVL Caracas
El pasado lunes 2 de agosto el equipo de Una Ventana a la Libertad dio seguimiento al desarrollo de las jornadas realizadas por la Comisión de la Revolución Judicial en la sede de la División Contra Robos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), ubicada en la Avenida Urdaneta.
Fuentes extraoficiales informaron a UVL que al menos 41 detenidos se encontraban en la División Contra Robos ubicada en el piso 5 de esa sede policial y una cantidad imprecisa en los pisos 4 y 7 en donde se encuentran la División de Estafas y Homicidios respectivamente.
Familiares reportaron que al menos a la mitad de la población reclusa le dieron libertad plena o con régimen de presentación.
El equipo de UVL pudo conversar con familiares e incluso con un ex privado de libertad de la División Contra Robos del Cicpc que resultó beneficiado por la Comisión de la Revolución Judicial y narró parte de su experiencia al estar recluido en uno de los calabozos policiales de este centro de detención preventiva.
Para resguardar la identidad del hombre lo identificaremos como ex recluso y omitiremos los detalles que lo llevaron a estar privado de libertad.
El hombre contó que al ser detenido lo mantuvieron incomunicado: “Fue horrible, allí no me permitieron una llamada el primer día que llegué. Me amenazaron que me iban a poner la bolsa y el Pikachu. La bolsa es para que uno se ablande, es una bolsa de basura, te la ponen, te la entierran en el cuello y te amarran con las esposas, te ponen una tripa de goma para no dejar marcas y te guindan y el Pikachu, que son descargas de corrientes que en caso de los hombres es en los testículos y a las mujeres en la vagina y en los senos”.
Aunque este ex interno no recibió golpes con bate, aseguró que vio y escuchó cómo otros detenidos fueron fuertemente golpeados por los funcionarios.
El ex privado de libertad también narró cómo un detenido, a quien durante el conteo diario le ordenaron quitarse una pulsera, intentó alegar que era un obsequio de su mamá, y por ello, lo encerraron en un cuarto en el que fue severamente torturado por los funcionarios.
Corrupción, así se refiere el ex recluso al sistema de justicia del país. Explicó que existe una alineación entre funcionarios y los fiscales, quienes antes de las 48 horas piden lo que llaman “la mantequilla” refiriéndose al dinero en donde la cifra por no presentarlos en tribunales es de 2000 dólares: “Es una continua extorsión. Si no pagas te tiran adelante”, refiriéndose a que los dejan privados de libertad.
Al preguntarle qué fue lo peor que le tocó pasar, respondió: “Estar 30 horas de pie, enfermo del estómago y no tener medios para asearme”. Hacinamiento, falta de agua, complicaciones para hacer sus necesidades son parte del testimonio de este hombre que pasó detenido cinco meses en este calabozo policial en donde llegó a compartir la celda con más de 60 hombres. Algunos que llevan más de tres años, pese a que la ley establece que son centros transitorios en donde los detenidos no deben estar más de 48 horas.
El permanecer detenido le permitió a este hombre valorar como nunca a su familia, lo esencial de la presencia y está convencido de que más sufren los familiares que están afuera que quien está privado de libertad: “Cuando llovía todos decíamos, nuestros familiares se van a mojar, porque sabíamos que ellos hacían su cola afuera todos los días para llevarnos la comida, y si hay sol por supuesto se están achicharrado”.
Al preguntarle por el hacinamiento, respondió que en el calabozo en el que estuvo detenido le dicen el infiernito, lugar en el que llegó a compartir con 67 privados y aseguró que en el marco de la Comisión de la Revolución Judicial otorgaron 18 traslados a recintos penitenciarios, mientras que otros recibieron en libertad plena y régimen de presentación.
El ex privado de libertad dijo que en ese calabozo al menos 20 hombres no fueron evaluados por la comisión y siguen detenidos.
Otra fuente consultada por UVL dijo que su familiar, quien sigue detenido en la División Contra Robos del Cicpc, le informó que la comisión le impuso a un grupo de privados de libertad asumir los cargos por los que son procesados y que, al negarse, los mandaron a juicio.
Familiares de esta población reclusa contactaron al equipo de Una Ventana a la Libertad solicitando que se denuncie cómo los presos son obligados a asumir delitos, ya que consideran un acto violatorio de la norma y que está muy distante de lo que el Ejecutivo Nacional anunció.
Dejar una contestacion