
Angélica Lugo, UVL / Caracas, Con información de María Antonieta Escobar
Desde el sábado 14 de marzo fueron suspendidas las visitas en los calabozos de la Policía Nacional Bolivariana de El Valle tras confirmarse dos casos de Coronavirus en el país. Pero cuatro días después, el 18 de marzo, los funcionarios encargados de esa sede le dieron la opción a los familiares de los internos detenidos allí de ver a sus parientes por un lapso de 20 minutos, siempre y cuando, tengan 100 mil bolívares en efectivo.
Las mujeres manifestaron su descontento por los abusos de los jefes policiales de ese CDP, sumado a lo difícil que ha sido para ellas conseguir alimentos y trasladarse hasta ese centro de detención preventiva durante la cuarentena nacional anunciada por Nicolás Maduro.
«Es imposible para nosotras pagar 100 mil bolívares cada vez que tengamos que ver a nuestros familiares. Como los policías habían suspendido las visitas, se dieron cuenta que no iban a tener cómo obtener ganancias y por eso subieron el costo de la visita que antes del Coronavirus estaba en 40 mil bolívares. Además, han aprovechado toda esta coyuntura para cobrarles por el ingreso de teléfonos», refirió una de las mujeres.
Piden traslado para reclusa lactante
Los familiares de la población reclusa detenida en la PNB de El Valle comentaron a Una Ventana a la Libertad que una interna que dio a luz hace menos de tres meses no ha podido estar con su bebé, pues no tiene familiares que se la lleven a la policía.
«Una señora muy humilde está cuidando a la niña y, cuando puede, se la lleva a su mamá para que le de pecho. Lo justo es que esta mujer sea trasladada al INOF porque ya está penada. Además, la bebé está muy mal alimentada porque la señora que la cuida no tiene recursos, por lo que a veces le da tetero con agua de pasta o con agua de maíz», explicó una de las mujeres entrevistadas.
La privada de libertad lactante está detenida desde hace dos años en ese centro de detención preventiva por el delito de droga. La legislación venezolana establece que las reclusas lactantes deben estar con sus hijos hasta los tres años de edad.
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