CARABOBO: MUEREN POR TUBERCULOSIS UN PRESO DE LA CÁRCEL DE TOCUYITO Y DE UNA COMISARÍA DE POLICARABOBO

Rubén Bolívar Idrogo / UVL Carabobo

Dos privados de libertad murieron por tuberculosis en el estado Carabobo. Uno de los presos estaba confinado en la Centro de Formación para el Hombre Nuevo “El Libertador” y el otro en una comisaría de la Policía de Carabobo.

A los fallecidos los identificaron como Orlando Enrique Zerpa Escalona, de 61 años, y YonathanJosé Osorio, de 40 años. Zerpa Escalona murió el lunes 30 de julio, mientras que Osorio el martes 31 del mismo mes.

Thais Zerpa, hija de Zerpa Escalona, sostuvo que su padre tenía condena de 20 años por el delito de violación y llevaba nueve años preso.

Manifestó que la salud de su padre se fue deteriorando poco a poco. Presentaba fiebre y mucha debilidad. Algunas veces no comía y tampoco podía ir solo al baño.

Para los presos cuando se enferman, esta situación se convierte en un calvario para ellos porque no cuentan con médicos quien les atienda. 

Antes de morir Orlando Enrique Zerpa Escalonafue llevado hasta la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET) de Valencia, estado Carabobo. “Teníamos que cubrir con los gastos de los exámenes porque el Gobierno no asume su responsabilidad con la salud de los presos”.

Thais Zerpa se lamenta: “Cómo es posible que esto pase. Cómo no se van a dar cuenta que un preso esté mal de salud. No tienen ni enfermería que tienda un caso de emergencia”.

Thais Zerpa dijo que su padre estaba en el penal de Tocuyito y en marzo de este año lo trasladaron para el Centro de Formación para el Hombre Nuevo “El Libertador”, parroquia Tocuyito, municipio Libertador de Carabobo. 

Total fue lo mismo. “Las penurias que pasó en la cárcel vieja fueron las mismas que tuvo los últimos días de su vida”. 

Les recordó a los responsables de los centros penitenciarios del país, que la población de los penales son personas, son humanos, y que tienen sus derechos.

Decían que tenía neumonía

En cuanto al caso de Yonathan José Osorio de 40 años, quien falleció el martes 31 de julio, los familiares en conversación con el equipo de Una Ventana a la Libertad (UVL) sostuvieron que los policías les decían que “él tenía neumonía. Pero la autopsia reveló que la muerte fue por tuberculosis”. 

Alaín Ramírez Osorio, hermana del ahora difunto, dijo que recibieron una llamada donde les notificaron el deceso de su hermano.

Yonathan José Osorio estaba preso en el Centro de Detención Preventiva (CDP) o Estación Policial Los Bucares de la Policía de Carabobo, ubicada en la parroquia Rafael Urdaneta del municipio Valencia.

Estaba detenido desde el 29 de abril de 2019 por los presuntos delitos de robo, asociación para delinquir, porte de arma blanca y secuestro.

“Todo eso es absurdo. Mi hermano trabajaba como oficial de seguridad (vigilante) en un conjunto residencial en la urbanización Los Nísperos, norte de Valencia. Él salió del trabajo y cuando iba pasando por un sitio la policía lo detuvo y lo relacionaron con todo eso. Ciertamente el cargaba un cuchillo pequeño, pero no para cometer ningún delito”. 

Yonathan José Osorio no tenía juicio ni sentencia. Era otro caso más de retardo procesal, aseveró Alaín Ramírez Osorio.

“Cuando cayó preso pesaba como 70 kilos, algo gordito para su estatura, pero se lo comió el abandono y desatención que recibió en los calabozos de la Policía de Carabobo”.

El viernes 28 de julio recibieron una llamada de la policía para decirles que estaba mal, que tenía neumonía. Que los familiares tenían que hacer diligencias con un juez para llevarlo al  médico.

Eso no lo entendió la familia del privado de libertad; ellos asumieron que era responsabilidad del Estado velar por la salud y la vida del privado de libertad.

“Somos gente pobre. Vivimos en Santa Teresa del Tuy, estado Miranda, y no pudimos ir hasta Valencia. Le depositamos una plata a su mujer que vive en Caña Dulce, Carlos Arvelo, pero ella no pudo hacer nada. Para completar, ella tiene un embarazo de alto riesgo”. 

Alaín Ramírez Osorio cuenta que tuvieron que quitar prestado para trasladar el cadáver hasta Santa Teresa del Tuy para darle cristiana sepultura. “Quedamos endeudados, pero que más, teníamos que enterrarlo”.

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