*Los casos de tuberculosis que recibían tratamiento para mantener la enfermedad controlada, han retrocedido, debido a que los medicamentos que solo los distribuye el Estado, ya no se consiguen con facilidad en las oficinas regionales de Sanidad
Lidk Rodelo, UVL Guatire/ Guarenas/ Barlovento
Guarenas.- Durante el período de cuarentena por el COVID-19 en Venezuela, han aumentado las complicaciones por tuberculosis en los centros de detención preventiva del eje Guarenas-Guatire-Barlovento del estado Miranda. Los casos que habían sido diagnosticados con anterioridad y que recibían tratamiento médico y farmacológico para mantener la enfermedad controlada, en la actualidad han retrocedido.
La razón para estas complicaciones es que los medicamentos antibióticos para tratar la enfermedad y que solo son distribuidos por el Estado venezolano, durante los últimos meses no se consiguen, de acuerdo con las denuncias de familiares de privados de libertad.
Por ejemplo, en el caso de la Policía Municipal de Plaza, en Guarenas, hasta el momento en que inició la cuarentena se registraban dos casos de tuberculosis. Uno de ellos, había iniciado la fase 1 del tratamiento médico en enero de 2020 y en los meses siguientes mantuvo la enfermedad controlada.
El otro de los casos fue diagnosticado en diciembre de 2019 y hasta abril de 2020 no había recibido tratamiento porque la oficial encargada de los calabozos indicaba a los familiares que “no había tratamiento”. El caso de Ángel Lasso Ávila se complicó, al punto que para esa fecha (abril) había dejado de caminar, no controlaba esfínteres y había perdido más de 30 kilos de peso corporal.
Sus familiares solicitaron una medida humanitaria en la fiscalía décima del Ministerio Público en el estado Miranda con competencia en derechos fundamentales y, gracias a denuncias procesadas por Una Ventana a la Libertad y redifundida por otros medios de comunicación, se logró la medida sustitutiva de la privativa de libertad por arresto domiciliario con apostamiento policial, que se dio durante la primera semana de junio.
El otro caso, que culminó la fase 1 de tratamiento, no inició la fase 2, porque los medicamentos ya no se consiguen. A finales del mes de junio, ingresaron al calabozo 1 (donde estaban aislados los dos casos con tuberculosis) otros tres casos sospechosos, por el cuadro de asfixia y tos con expulsión flema y hasta sangre. Estos casos aún hasta mediados de junio no habían sido evaluados ni habían recibido diagnóstico médico.
Familiares de uno de esos casos nuevos, aun no diagnosticados, denunciaron que el privado de libertad se encuentra en condiciones críticas de salud. Manifestaron que está hinchado y no puede caminar.
En el caso de la Policía Municipal de Zamora, en Guatire, los casos también aumentaron. Hasta antes de iniciar la cuarentena, se registraban cinco casos de tuberculosis que recibían tratamiento médico. Estos casos fueron evaluados por los médicos infectólogos del Grupo Once Trece en una jornada médica desarrollada en Polizamora el pasado 30 de enero de 2020, con el aval de Una Ventana a la Libertad.
En los meses siguientes fueron pasados al calabozo de los casos con tuberculosis dos casos más que fueron evaluados y diagnosticados en mayo, por el equipo de médicos forenses del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc). Fuentes de Polizamora indicaron a Una Ventana a la Libertad que los siete casos están en graves condiciones. Varios de ellos presentan ausencia del control de esfínteres y cuadros complicados con impedimento para caminar. Los familiares denunciaron la semana pasada que el Ministerio Público y los tribunales penales están al tanto de la situación, pero aún no se han pronunciado. Todos esperan medidas humanitarias.
En este último mes, durante el monitoreo de los centros de detención preventiva de Una Ventana a la Libertad, se detectaron dos casos de tuberculosis en la Delegación Guarenas del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) que fueron evaluados por los médicos forenses de la policía científica. En virtud de que no han recibido tratamiento farmacológico, sólo presentan síntomas como asfixia o dificultades respiratorias de leves a moderadas. Sus familiares temen que se puedan complicar ante la ausencia de medicamentos para tratar esta enfermedad.
En la Policía Municipal de Pedro Gual, en Cúpira, fueron ubicados otros dos casos de tuberculosis que, también están presentando complicaciones, debido a la ausencia de tratamiento médico. En este caso, familiares denunciaron que los funcionarios policiales les indican que “las patrullas no fueron asignadas para buscar medicamentos a Sanidad”.
Otras afecciones de salud
Además de la tuberculosis, otras afecciones médicas que se registran en los centros de detención preventiva son las infecciones de la piel, como la escabiosis y la afección generada por la falta de luz solar. De igual forma se evidencian enfermedades respiratorias virales y desnutrición.
Vale resaltar que en el eje Guarenas-Guatire, hay un importante número de privados de libertad que originalmente residen la región Barlovento. Por esta razón, a los familiares se les dificulta el traslado diario para proveer de alimentos, insumos de higiene personal y medicamentos. Los casos de Barlovento son los que presentan mayor desnutrición y más enfermedades.
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