Familiares de privados en la Policía del estado Anzoátegui aseguran que éstos aún no han sido incluidos en las jornadas de vacunación contra el COVID-19
Giovanna Pellicani – Anzoátegui
Barcelona.- “Viven como sardinas en latas”, así describen familiares de privados la convivencia en los calabozos de la comandancia de la Policía del Estado Anzoátegui, ubicada en el Crucero de Lechería, Centro de Detención Preventivo que alberga a 152 hombres y 11 mujeres actualmente.
En la entrada al cuerpo de seguridad siempre están sentados, durante el día, algunos familiares de privados. Ellos esperan pacientes el regreso de los envases de comida y agua que llevan con alimentos e hidratación para sus parientes, y aprovechan de saber de su salud.
Una de las que a diario acude al lugar es Vanesa Salazar, ella tiene a su esposo detenido desde el mes de julio de 2020 por extorsión y asegura que aún no ha sido tomado en cuenta en el plan de descongestionamiento que lleva la Comisión para la Revolución Judicial.
“Antes de que se diera el plan de descongestionamiento los muchachos dormían parados y en aéreos, pero dieron muchísimas libertades y siguen durmiendo de la misma manera. Es que los calabozos son muy pequeños para la cantidad de personas que pernoctan en su interior”, denunció el ama de casa.
Ella asegura que en el cuerpo policial existen espacios suficientes para la construcción de nuevas celdas, por lo que exhorta a la directiva de Polianzoátegui para que haga el planteamiento de ampliación o solicite continuidad a la agilización de las causas y así evitar el congestionamiento y hacinamiento de sus calabozos.
El ama de casa indicó que hasta la fecha los privados de libertad que se encuentran en los calabozos de Polianzoátegui no han recibido la primera dosis de vacunación contra el COVID-19, por lo que considera un riesgo la inclusión de nuevos ingresos en los calabozos donde se registra mayor cantidad de hacinamiento.
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