Alimento y oración: la religión en los CDP del Táchira

“Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber (…) Estuve en la cárcel y me fueron a ver.» Mateo 25, 35-36.

San Cristóbal. – En la soledad de su celda, María le escribe a una sola persona. Todos los días toma su cuaderno y comienza a contarle cómo se siente, qué espera y, sobre todo, que no la olvide. Su destinatario es Dios. De esa manera, María sortea la tristeza sobre su realidad. Dice que ora mucho pero que su énfasis principal son las cartas que le escribe a Dios. La mujer de unos 25 años aproximadamente, profesa la religión católica.

Por otra parte, un grupo de evangélicos aseguran que cada mañana esperan a que los funcionarios policiales del lugar donde están recluidos, terminen su formación para poder leer la biblia, analizarla y posteriormente cantar. Luis dice que se ha hecho costumbre y que “el discernimiento de la palabra” les permite sentirse con fe y esperanza.

Aunque María y Luis están en el mismo centro de detención preventiva, no tienen problemas por diferencias religiosas porque entendieron que cuando se está encerrado, cualquier persona de cualquier religión puede ser solidaria sin ningún tipo de discriminación. Creen que, en nombre de Jesucristo, la solidaridad se hace presente en el lugar a través de las diferentes organizaciones de la iglesia católica y evangélica.

La oración les ayuda a mantenerse en pie. Leer la biblia y los cantos son su asidero ante el encierro. “Aquí uno no puede perder la fe”, dice María.

Al respecto, el psicólogo y sacerdote católico Juan Carlos Gómez Yánez explicó que en la cárcel y particularmente en las de Venezuela, a los detenidos les privan todo. “No solo les quitan la libertad, les quitan todo y eso genera un sufrimiento, vamos a decirlo así: humano, psicopatológico que lleva a la persona a buscar algo en qué refugiarse”.

A su juicio, algunas personas se aferran a los vicios, pero asegura que eso no es un refugio sino más bien una dependencia y un sufrimiento mayor y que “en la medida en que se van arropando o alojando en sufrimientos mayores, la religión pasa a ser en la cárcel la única luz posible en medio de tanta oscuridad. Por eso muchos se acercan más a Dios en ella. Otros prefieren sencillamente volverse oscuridad para otras personas y de esa manera ser como sus propios demonios”, dijo Gómez Yánez.

“Le damos alimento corporal y alimentos espiritual”

Emaús es una hermandad de la iglesia católica. En San Cristóbal, un grupo de personas se dedica a llevar alimentos a todos los pacientes del Hospital Central de San Cristóbal, así como a los centros de detención preventivos de Politáchira, Centro de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, Policía Nacional Bolivariana, Policárdenas, Politorbes y el Centro Penitenciario de Occidente (CPO).

Sobre esto, Freddy García señala que es una actividad que ya tiene varios años y que no solo llevan comida. “Damos alimento corporal y espiritual porque llevamos también sacerdotes, se explica el evangelio, hacemos un poco de estudio bíblico y luego hacemos adoración, música y alabanza”.

En el caso del CPO cuenta que Emaús tiene mucha receptividad entre los detenidos porque quienes participan de las actividades religiosas, lo hacen de forma espontánea y aclaró que los alimentos se le dan a toda la población incluyendo a las personas de otras religiones porque “es un acto de amor, de misericordia y sin discriminación”.

Emocionado, García narra que realizan oraciones y cantan juntos y que casi siempre los detenidos terminan llorando, drenando, desahogándose, participan en la eucarística y se confiesan.

Con su grupo de trabajo, prepara el menú que puede ser pasta con carne o arepas y si de preferencias se trata, en todos los centros de detención preventivos y el mismo penal, la hamburguesa -con sus respectivas salsas- es el plato preferido. Cocinar con amor es el ingrediente que nunca falta.

Semana Santa

Para los detenidos que profesan la religión evangélica la semana mayor son días normales, mientras que los católicos esperan la presencia de sacerdotes.

Por los CDP pasan Testigos de Jehová, Adventistas y otras denominaciones de la iglesia evangélica mientras que seminaristas y sacerdotes del Seminario Santo Tomás de Aquino y del Seminario Mercedario hacen lo propio con los integrantes de Emaús. Todo tiene un propósito: llevar la palabra de Dios para se fortalezcan en la fe.

Por ello el psicólogo y sacerdote Gómez Yanez contó que siempre les dice a los detenidos que “Jesus, el hijo de Dios, es el Dios de las oportunidades y que siempre nos iba a dar la oportunidad de cambiar y de creer en nosotros, aunque otros no lo hicieran”.

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